Agustín Squella, constituyente: "Ojalá los 155 lleguemos con una real disposición de escuchar"

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Autor: Cooperativa.cl

El Premio Nacional de Humanidades (2009) pidió a la ciudadanía que "acompañe, conecte y tienda una mano" a la convención.

Con las fuerzas tradicionales a capa caída, dijo que los partidos chilenos deberían "repensarse a sí mismos, quizás algunos deberían refundirse, renovarse de verdad".

Agustín Squella, constituyente:
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El Premio Nacional de Humanidades (2009) Agustín Squella, uno de los 155 constituyentes electos para redactar una nueva Carta Magna que reemplace a la actual, vigente desde la dictadura cívico-militar, pidió a la ciudadanía que "acompañe, conecte y tienda una mano" a la convención.

Porteño, abogado, doctor en derecho, periodista, escritor y académico, la carta independiente, respaldado por el Partido Liberal en cupo de la Lista del Apruebo (ex Nueva Mayoría) se quedó con uno de los siete escaños que entregaba el Distrito 7 (Algarrobo, Cartagena, Casablanca, Concón, El Quisco, El Tabo, Isla de Pascua, Juan Fernández, San Antonio, Santo Domingo, Valparaíso y Viña del Mar) con 17.710 votos (5,34%), la cuarta mayoría a nivel local. 

"No basta con que la ciudadanía haya ido a votar -aunque en escaso número- en las elecciones, va a seguir participando. Lo que la ciudadanía deberá hacer, espero, es acompañar a la convención, no rodearla; estar atenta a su trabajo, hablar con ella, desde luego no gritarle ni menos intimidarla. Estoy seguro de que lo hará, pero no está demás decirlo: la ciudadanía debe tenderle una mano a la convención, no mostrarle los puños, conectarse con la convención y no tuitearle, porque hemos llegado a creer que participar en algo se reduce a 140 caracteres", dijo Squella en entrevista telefónica con Lo Que Queda del Día de Cooperativa

En este contexto, se mostró "perplejo" por la "altísima" abstención en los comicios del fin de semana: "Todos esperábamos que hubiera una votación algo inferior a la del plebiscito, pero nunca pensé que iba a concurrir a votar sólo el 43 por ciento de los ciudadanos y ciudadanas que habían sido convocados ni más ni menos que a elegir a los que van a tener a su cargo el estudio, la discusión, el acuerdo y la redacción de una nueva Constitución. Eso me impresionó muy negativamente y no puedo ocultar que me produjo un cierto desaliento ciudadano".

Al respecto, propuso que la nueva Constitución consagre la obligatoriedad del sufragio: "Yo creo que ese va a ser uno de los temas a discutir. Yo soy partidario de reponer el voto obligatorio, la vida en común supone ante todo derechos, enhorabuena, pero también impone ciertos deberes y creo que un deber elemental de un ciudadano que vive en sociedad es ejercer su derecho a sufragio, que desde el punto de vista jurídico también debería constituir una obligación".

"ESTUDIAR, DEBATIR, ACORDAR, REDACTAR Y PROPONER"

Ya definidos quiénes serán los 155 convencionales, Squella comentó lo que espera de cara al "complejo" trabajo al interior del órgano elegido, que -recalcó- deberá "estudiar, debatir, acordar, redactar y proponer" una nueva Constitución.

"Ojalá los 155 pudiéramos llegar con una real disposición a escuchar a los demás. Todos vamos a llegar con planteamientos, con ideas, pero ojalá con conciencia de que podemos estar equivocados en nuestros planteamientos e ideas y que, como resultado de escuchar planteamientos de personas que vemos como rivales políticos, podamos rectificar, matizar o, incluso, mejorar los propios, como resultado de la información de que se nos dé como constituyentes, porque los que vamos a llegar, yo al menos no soy para nada experto en todos los temas constitucional y vamos a necesitar informarnos mucho", expresó el académico. 

"Claro, no será fácil que todos lleguemos en esa doble disposición a escuchar a los otros y a informarnos más, si llegamos con esa disposición yo creo que las cosas pueden fluir de una manera más rápida, más atractiva", agregó. 

IRRUPCIÓN DE INDEPENDIENTES Y CRISIS DE LOS PARTIDOS TRADICIONALES

Sobre la irrupción de los independientes -especialmente, la Lista del Pueblo- como principal fuerza transformadora, Squella reconoció que pensó que iba a haber "una alta cuota, pero no tan alta, de manera que uno está obligado a escudriñar en la identidad y la biografía de cada independiente para ver de qué lado político más o menos funciona, porque decir independiente es decir de alguien que no milita en un partido, pero tienen ideas políticas, obviamente".

Dicho batacazo "es sano en la medida en que no nos contemos el cuento de que puede funcionar bien una democracia moderna sin partidos políticos", sostuvo. 

Por otro lado, con las fuerzas tradicionales a capa caída, señaló que "todos los partidos venían a la baja sostenidamente en las últimas elecciones y, en consecuencia, lo que se confirmó fue una tendencia, lamentable, pero ojalá que ellos aprendan y consigan rectificar, pero parece que ya no tienen mucho tiempo".

"Deberían los partidos políticos chilenos repensarse a sí mismos, quizás algunos deberían refundirse entre ellos, renovarse de verdad, pero tampoco me hago muchas ilusiones porque eso pudo ocurrir hace 10 o hace cinco años y eso no ocurrió y siguen en las mismas", planteó. 

"LA DIGNIDAD HUMANA DEBERÍA SER EL VALOR SUPERIOR DE LA NUEVA CONSTITUCIÓN"

Sobre el contenido de la nueva Carta Fundamental, Squella señaló que "todas las constituciones tienen algo así como un espíritu que le es propio y ese espíritu no es que se lo insufle alguien en particular, sino el contexto, las circunstancias, el momento histórico en el que se vive. Eso pasó con la Constitución del 80, que aspiró y reflejó el contexto en que vivía el país en ese momento muy lamentable". 

En este marco, aseveró que "esta nueva Constitución tendrá un espíritu democrático, con todas las bondades de la democracia, pero también con todas las dificultades procedimentales que tiene la democracia, porque la democracia es lenta".

De igual forma, consultado sobre los conceptos que, a su juicio, debería contener el texto, Squella sugirió que "la dignidad humana debería ser el valor superior de la nueva Constitución chilena".

Finalmente, entregó su propuesta para el artículo 1: "Las personas nacen y permanecen iguales en dignidad y en éstas se basan ciertos derechos fundamentales que se reconocen a todas ellas sin excepción, haciéndolas acreedoras a una similar consideración y respeto y a ser tratadas cada cual como un fin en sí mismo y no como un medio al servicio de los fines, intereses o creencias de otra persona". 

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