Uno de los aspectos más controvertidos es la indicación que las reformas a la eventual nueva Carta Magna deberán ser aprobadas con un quórum de dos tercios.
En respuesta a esta indicación, algunos convencionales comenzaron a descolgarse y plantear como propuesta un quórum de tres quintos.
Este jueves comienza la votación de las propuestas de normas transitorias en la Convención Constitucional, instancia en que la comisión deberá aprobarlas con tres quintos de los votos.
Uno de los aspectos más controvertidos se encuentra la indicación número 4, que señala que durante la actual legislatura las reformas a la eventual nueva Carta Fundamental deberán ser aprobadas con un quórum de dos tercios de los escaños.
En respuesta, algunos convencionales comenzaron a descolgarse y plantear como propuesta un quórum de tres quintos, como propuso el constituyente Javier Fuschloher (Independientes no Neutrales).
"No es una norma que logre tener un consenso amplio y es por esto que, en esta primera vuelta, vamos a ver cómo le va a esa indicación (de los dos tercios). Todo lo que se caiga en el pleno siempre va a ser perfeccionado. En ese sentido no somos nosotros los llamados a establecer candados nuevos a esta Constitución", señaló Fuschloher.
"Desde el primer día en campaña dijimos que, por lo menos yo, queríamos una Constitución que fuera flexible, que fuera abierta al diálogo democrático y creo que los dos tercios no cumplen esa condición. Y se puede llegar perfectamente a otro quórum, como los tres quintos", enfatizó.
Esta discusión se cruza con otra que se dará la próxima semana en la Comisión de Armonización, ya que como el borrador de normas permanentes no contiene un quórum para reformas constitucionales, algunos estiman que hay un vacío que debe ser llenado en esta instancia.
Amaya Álvez (Frente Amplio) comentó que "esto se relaciona, en parte, con una norma que me parece que es una de las incongruencias de la propuesta que creo vamos a tener que, al menos, evaluar abordarlo en armonización. Esto es que la reforma a la Constitución no quedó con un quórum que hable de la supremacía constitucional".
En tanto, Raúl Celis (RN) respondió que "de ninguna manera" la comisión puede rellenar aquel vacío del borrador de la Constitución.
"Armonización tiene que corregir problemas de redacción, eventuales contradicciones, pero en ningún caso le corresponde entrar a alterar cuestiones de fondo de la Constitución Política, sin ninguna duda (...) Eso es lo que se aprobó, para bien o para mal, eso es lo que se aprobó en la Constitución política", agregó.
Desde el Congreso, el senador socialista Juan Luis Castro calificó el quórum de dos tercios como "un grave error, porque pretender dejar todo amarrado antes de irse, todos sabemos donde termina".
"Es prácticamente el similar amarre que dejó Pinochet para reformas de las FF.AA., del Tribunal Constitucional. Es dejar en forma pétrea amarrada la nueva Constitución. ¿De qué se trata esto? ¿Cómo es posible que la Convención intente, en un gesto autoritario, practicar ponerle un cerrojo definitivo a la Constitución que todavía no sabemos si se aprobará o rechazará", reflexionó el ex diputado.
Por el contrario, el vocero de la bancada de diputados de Revolución Democrática, Jaime Sáez, considera la propuesta como "una medida que es conducente a la búsqueda de consensos grandes, de mayorías importantes y de ir buscando la estabilidad en la entrada en vigencia de la nueva Constitución".
Por otra parte, en la Comisión de Preámbulo se están sometiendo a consideración diferentes propuestas de enmienda a los párrafos aprobados en general para el texto de introducción de la propuesta constitucional.
Hasta ahora, se están rechazando las 11 primeras iniciativas, salvo una indicación que sustituye uno de los apartados con un párrafo que dice: "Nosotras y nosotros, el pueblo de Chile, conformado por diversas naciones, nos otorgamos libremente esta Constitución acordada en un proceso participativo, paritario y democrático".
En tanto, uno de los artículos descartados del preámbulo establecía que "la independencia de nuestro país, lograda a partir del 18 de septiembre de 1810, respondió a un contexto histórico excluyente, que en aquellos años dejaba fuera de toda posibilidad de participación a mujeres, trabajadores, pueblos originarios y otras comunidades vulneradas".
