De la política al Estado, de la incertidumbre a la esperanza: los primeros hallazgos de "Tenemos que hablar de Chile"

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Autor: Cooperativa.cl

La plataforma impulsada por la U. Católica y de la U. de Chile entregó el informe preliminar de sus 1.000 diálogos ciudadanos virtuales inaugurales.

La encuesta fue creada para promover la cohesión y la construcción de una hoja de ruta en medio del proceso constituyente para redactar una nueva Carta Magna.

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El ministro vocero de Gobierno, Jaime Bellolio, sostuvo este lunes un encuentro con los rectores de la Universidad Católica, Ignacio Sánchez, y de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi, quienes entregaron al Ejecutivo los resultados preliminares de "Tenemos que Hablar de Chile", plataforma virtual de diálogos ciudadanos impulsada por las casas de estudios para promover la cohesión y la construcción de una hoja de ruta en medio del proceso constituyente para redactar una nueva Carta Magna.

El documento sintetiza sus más de 1.000 primeros diálogos realizados a distancia -debido a la epidemia del Covid-19- entre abril y noviembre de 2020, con 5.100 participantes de entre 18 y 87 años, provenientes de 326 comunas.

La información fue sometida a procesos de análisis de contenido para determinar tendencias generales, frecuencias y patrones en las conversaciones y respuestas.

"Se echa mucho de menos un rol del Estado con el cual uno pueda sentirse identificado, y aquí hay factores y valores claves, entre los cuales destaco la cohesión nacional: el sentido de estar todos buscando un bien común, son valores absolutamente claves que tradicionalmente se identifican con el concepto de Estado", sostuvo el rector de la U. de Chile en una rueda de prensa en La Moneda.

"En este caso, lo que la ciudadanía reciente -porque esa es la palabra, lo reciente- es que el Estado aparece como lejano, desentendido de los problemas que cada uno tiene", aseguró Vivaldi.

En la misma línea, el rector de la U. Católica aseveró que "hay una desconexión entre lo que se ve en los medios sobre un crecimiento del país versus lo que le llega al interior de la familia chilena, de los hogares".

"Es muy importante, entonces, evaluar desde el punto de vista familiar e individual cuáles son las medidas que se toman para poder desarrollar la economía doméstica, la economía diaria de nuestros compatriotas", añadió Sánchez.

ENTRE LA INCERTIDUMBRE, LA INSEGURIDAD Y LA ESPERANZA

"La conversación sobre el futuro de Chile es, podría decirse, una conversación esperanzada, pero sostenida en una intensa base de incertidumbre e inseguridad", dice el resumen de los resultados de "Tenemos que Hablar de Chile". 

"Es una esperanza en el límite. Es la esperanza de que el país todavía puede estar mejor. Pero no es una confianza, ni una seguridad en ello. Es la búsqueda de un cambio que estabiliza la vida, que toma forma en la idea de una nueva Constitución, como herramienta que transforma nuestra relación con el Estado y la política, junto con la educación como herramienta de cambio social y de cambio en nuestra convivencia", indica el documento.

"Es una esperanza como creencia de que Chile y nuestras vidas pueden estar mejor. Pero es frágil, emerge si nos abstraemos del presente y nos proyectamos al futuro, con otros en el mismo camino", agrega.

UN ESTADO "RESPONSIVO" Y LA NECESIDAD DE UN CAMBIO EN SU RELACIÓN CON LAS PERSONAS

Como segundo hallazgo, la plataforma señala que "en los diálogos emerge una masiva necesidad de cambio, muy reflejada en el concepto de Estado respecto a cuestiones sociales básicas. La necesidad de cambio del Estado se manifiesta en tres niveles que comparten un mismo sentido: avanzar desde la desprotección a la protección frente a la vulnerabilidad".

"En el primer nivel se ve un Estado ausente frente algunas cuestiones básicas que determinan la vulnerabilidad de la vida; una vulnerabilidad entendida como la facilidad con la que puede desmoronarse su proyecto de vida, como perder el trabajo o no poder pagar el dividendo", destaca. 

"En el segundo nivel, se constata un Estado que cuando está presente, lo hace mal; produce mayor vulnerabilidad y vulnera a las personas. En el tercer nivel, se identifica un Estado que se protege a sí mismo y no a la ciudadanía. Las personas aspiran a que los derechos sociales —como el derecho a la educación, a la salud— aseguren un piso mínimo sobre el cual puedan construir sus proyectos de vida", indica.

De acuerdo a esta conclusiones, "no se habla de un Estado que deba obligar ni imponer, sino de un Estado que debería asistirnos o apoyarnos cuando estamos mal. Hay por tanto un desafío muy importante en renovar y transformar la relación del Estado con las personas, cuidando los límites de la diversidad de proyectos personales, pero asegurando apoyo a la base de estos mismos".

"LO DIVERSO Y DISTINTO NOS COMPLEMENTA, NO NOS DIVIDE"

Como tercer hallazgo, "Tenemos que Hablar de Chile" realza que el país "no emerge como una identidad única, ni una realidad transversalmente reproducible en una única voz o idea".

"Estos hallazgos que aquí presentamos están acompañados de una amplia diversidad, diferentes experiencias y puntos de vistas e ideas múltiples. Pero esa diversidad no produce antagonismo", sostiene.

"Hay amplio espacio de mutuo entendimiento y conversación en la complementariedad. Esta experiencia de diversidad es la mayor retribución del diálogo para las y los participantes. Tras el análisis de los diálogos no surge una ciudadanía polarizada, tampoco surge una única voz, surge en cambio un Chile diverso, con un espacio importante de complementariedad en la diferencia. Lo distinto parece ser complementario, no cancelador o anulador", expone. 

EL DESAFÍO CENTRAL DE UNA NUEVA CONSTITUCIÓN: UNA NUEVA POLÍTICA

Como cuarto hallazgo, dice la plataforma, "hay una masiva y sistemática crítica al sistema político, no como sistema que organiza a una sociedad, sino al funcionamiento de ese sistema. Es decir, en el sentido de un conjunto de prácticas llevadas a cabo por políticos de todos los niveles y tendencias, las que son evaluadas de forma negativa por las y los participantes". 

"Una política atrapada en sí misma, en sus propios problemas y en su propio interés. Una política entendida como un todo indiferenciado de prácticas, instituciones, servicios e ideas. No es una crítica a una persona o a un sector; es la crítica a la política, a sus prácticas y, en definitiva, a su sentido", resalta. 

Añade que "la política aparece en los diálogos como un sistema que se protege y/o beneficia a sí mismo y a los suyos, que captura al Estado y que protege a los que menos lo necesitan, y no a los que más lo necesitan. Hay una segunda capa de análisis en esta lectura. Y esto es que la política es relevante, que está llamada a resolver los problemas, no a construirlos".

"En los diálogos se puede apreciar una revalorización de lo político, o, al menos, un primer paso para ello. Las personas piden lo que podríamos definir como, usando una expresión contemporánea, un "reseteo de la política", y esta es la alternativa que da una nueva Constitución", complementa. 

"Es un llamado a cambiar la política en su forma de vincularse con las personas; de dar respuesta a los problemas importantes y de buscar acuerdos. Para generar esta transformación se intensifica la relevancia de la participación, los nuevos liderazgos, la capacidad de generar acuerdos, la probidad de los políticos y la exigencia en la rendición de cuentas a la política", asevera la plataforma. 

LA EDUCACIÓN COMO UN PROYECTO PAÍS: UNA TRANSFORMACIÓN SOCIAL

Como quinto hallazgo, "para las y los participantes la educación surge como prioridad, como problema, como anhelo y como solución. Es el tema más frecuente en las conversaciones; lo que más se menciona. Desde sus implicancias en las personas, especialmente desde lo colectivo y lo relacional".

"La esperanza y el proyecto país aparecen en los diálogos fuertemente basados en un proyecto educativo. Hay un anhelo de cambio en el tipo de sociedad que estamos construyendo, en las formas en las que debemos tratarnos, en la necesidad de respeto y de convivencia con otros", apunta "Tenemos que Hablar de Chile".

Y agrega que "la educación se percibe como un camino de desarrollo en un amplio sentido. Existe una conciencia transversal de que un mejor futuro para Chile pasa por una mejor educación. Si la Constitución es la herramienta para cambiar la política y el Estado, la educación es el camino para cambiar la sociedad y nuestras relaciones interpersonales, en sus múltiples dimensiones. En relación con el medioambiente, con la responsabilidad financiera a nivel personal y comunitaria, con la educación para la vida, entre muchas otras". 

EL MODELO DESDE LO MICRO: LA VIDA COTIDIANA, EL TRABAJO Y LAS URGENCIAS ECONÓMICAS

Por último, como sexto hallazgo, la plataforma concluye "la economía no emerge como una discusión sobre nociones abstractas o indicadores macroeconómicos a nivel país, sino desde la economía de las personas, del hogar. Es la agregación de las propias experiencias lo que construye el análisis económico, no una agregación sobre la economía país".

"No es el PIB lo que está en discusión. Tampoco se da una gran discusión sobre políticas económicas o modelos de desarrollo; es el precio de productos, el arriendo, la casa, la necesidad de trabajo, las deudas, y las cuestiones cotidianas, pero frecuentes, sobre las que se construye la conversación sobre la economía", plantea. 

"Es, repetimos, la economía de los hogares. En la lógica de la discusión sobre los 30 pesos, se podría decir que sí son los 30 pesos, muchos 30 pesos, que construyen la conversación de lo económico", subrayan los autores del estudio. 

"Pero además, algo muy relevante es que esta conversación no nace solo desde el país post estallido, sino principalmente del país en pandemia. Esa incertidumbre de vida se entremezcla en muchas experiencias cotidianas con esa dimensión de fragilidad, incertidumbre y vulnerabilidad. Poner atención, en el amplio sentido de la palabra, a esas múltiples experiencias es una forma de conectarse con la cotidianeidad de las personas y sus problemas", finaliza.

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