Un claro llamado a establecer un nuevo contrato social entre los diversos actores comunitarios, el Estado y sus representantes, además de actores económicos, fue la principal conclusión de las reflexiones surgidas en el marco del lanzamiento de "La otra cara de la crisis: Legitimidad de la democracia en juego", publicación de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Alberto Hurtado y la Revista Mensaje, que reúne las principales ideas y propuestas nacidas en 2020 y 2021, en el marco de un ciclo de conversatorios organizado por ambas instituciones.
El dialogo contó con la participación del director de Mensaje, Juan Cristóbal Beytía S.J.; el decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Alberto Hurtado, Eduardo Abarzúa; la economista y máster del London School of Economics María José Becerra; el constituyente por el distrito 11 Patricio Fernández; y el constituyente por el distrito 8 Daniel Stingo.
Frente a la interrogante de cómo se reconstruye la gobernanza y la convivencia social, en medio de los cambios políticos que vive el país y la redacción de una nueva Carta Magna, Stingo afirmó que como Convención Constitucional "tenemos la oportunidad histórica de sanar, integrarnos, restaurar la gobernanza", además de hacer cambios que a las personas les hagan sentido.
Por su parte, Fernández indicó que "si algo parece haber mostrado el estallido social que nos tiene donde estamos actualmente es justamente que había un mundo muy amplio de cultura, identidades, marginalidades nuevas, no atendidas por el acuerdo en el que estábamos inmersos. La legitimidad del poder fue cuestionada porque eran muchos los que no se sentían parte del proceso".
Esto fue algo que también precisó María José Becerra, ejemplificando con la situación actual del país, en que -bajo su perspectiva- hay una extrema mercantilización de la vida, los servicios públicos, las políticas públicas y la seguridad social, además de la provisión de vivienda, salud y educación.
"Tenemos que desmercantilizar el trabajo humano, tanto para hombres como para mujeres. Debemos ser capaces de ver cómo damos valor al trabajo decente y cómo reconocemos el valor del trabajo no remunerado, sobretodo a mujeres y cuidadores de nuestro país", enfatizó la economista.
Una visión que el director de Revista Mensaje compartió plenamente, pues en su reflexión sobre la distancia de las élites respecto del resto de la población del país, lo que ha generado tensión y ha gatillado estallidos sociales no sólo en Chile, sino que también en otras partes del mundo.
Por ello, Juan Cristóbal Beytía S.J. espera que el nuevo texto constitucional tenga que ganarse legitimidad: "Es necesario que la Constitución rinda cuentas, donde gente se haga cargo de las consecuencias de sus decisiones. La responsabilidad no es algo que esté de moda y tampoco tenemos mucha posibilidad de pedirle cuenta a las personas respecto a sus decisiones".
Por su parte, el decano Abarzúa planteó la existencia de un problema de articulación y coherencia en las relaciones construidas con el sistema político, la organización del Estado y el rol que tiene el mercado tanto en el acceso a servicios como a derechos sociales.
"En nuestro país tiene más primacía la lógica del ciudadano consumidor que el ciudadano político. Es mucho mas relevante la libertad de elegir que el derecho a tener beneficios", puntualizó el decano.
Desafíos de la Convención Constituyente
Para Daniel Stingo, la Convención Constitucional "tiene que incluir cosas que a la gente le hagan sentido: forma de participación directa y democrática" a fin de dar voz a todos quienes han sido invisibilizados con la actual carta magna redactada durante la dictadura de Augusto Pinochet.
También deslizó una crítica a sectores dentro de la convención que estarían buscando que Chile no tenga una nueva Carta Magna.
"Ha costado (ponerse de acuerdo), hay que poner de acuerdo voluntades y estoy esperanzado porque hay un Chile real dentro" de la convención, destacó Stingo.
Patricio Fernández, en tanto, resaltó que el actual proceso "es un buen comienzo para una gobernanza futura. No basta con eso, pero estamos buscando democráticamente un nuevo orden. No es una solución a lo inmediato, sino una solución en el camino de búsqueda de una nueva institucionalidad".
En tanto, María José Becerra planteó que es necesario pensar cómo transitar a un marco constitucional desde uno donde la propiedad privada dejó de lado a la propiedad colectiva y la función social de la propiedad.
"Esperaría que florezca la economía plural, que se reconozca. Tenemos que dejar de tener algunos miedos que son bastante ideológicos", subrayó.