El economista y académico de la Universidad de Chile Óscar Landerretche (PS) señaló que el "proceso constituyente va a matacaballo" y solicitó una prórroga con el fin de que la nueva Constitución "sea un texto que los chilenos se sientan tranquilos de respaldar".
El ex presidente de Codelco conversó con El Diario de Cooperativa sobre su libro "Siete Nudos", donde desmenuza las tensiones económicas de la Convención Constitucional, y entregó su apreciación respecto al estado actual del trabajo constituyente.
"Me parece a mí que el proceso constituyente va a matacaballo, a una velocidad muy alta; hay un grado importante de histeria en las personas que están en el proceso y alrededor del proceso", analizó Landerretche.
"Es impresionante: todo es el fin del mundo; cuando uno les hace críticas a los constituyentes, todo es un complot... Es una cosa impresionante el grado de histeria, de cansancio evidente, de ofuscación, y a mí me parece que con un grupo humano que ha trabajado tan duro para llegar a este punto, está tan cansado y ofuscado, me cuesta verlos convergiendo a algo razonable, dados los plazos que existen", cuestionó el experto.
¿UNA PRÓRROGA ES NECESARIA?
El economista planteó que busca "proponer una solución: una ampliación de plazo, pero con un mecanismo que les permita a ellos cumplir con lo que han prometido, y darnos el espacio y el tiempo para tener esa conversación".
"Me parece que si no hacemos esa ampliación del plazo, caemos en el peligro -yo lo discuto en la conclusión del libro- de volver a cometer el error que cometieron los pipiolos en el siglo XIX", alertó Landerreteche, que eran "los liberales, los izquierdistas de la época, el gobierno del general Freire"
"Lo que hicieron fue tener tres constituciones, dos de las cuales duraron seis meses. Una se llama 'la Constitución Moralista', que tenía grandes principios, pero no funcionaba y la derogaron seis meses después. La otra fue la 'Federalista', o sea, Estado regional, pero no definía bien las barreras entre las regiones, entre el Estado central y las regiones... Era un desastre y seis meses después, en medio de la anarquía, se derogó", rememoró.
"Al final de esos cuatro años pipiolos, ¿qué pasó? Hubo un golpe de Estado conservador y una guerra civil que terminó con el Estado portaliano (instalado). O sea, cuando la izquierda se farrea las oportunidades políticas por hacer las cosas mal, hay consecuencias. Ése es el llamado que yo hago en el libro", planteó el académico.
"UN POCO DE CALMA NO NOS VENDRÍA NADA DE MAL"
"Yo creo que sería saludable que a la Convención Constitucional, con una reforma constitucional que podría hacer el Senado, se le den seis meses más: dejemos que la Constituyente llegue a su primer borrador el 4 de julio, como está prometido, y sometámoslo a discusión pública en los tres primeros meses (de los seis adicionales)", recomendó Landerretche.
Asimismo, pidió que los constituyentes vayan "a regiones -recordemos, eso se suspendió por los tiempos, no fueron más a regiones-, permitamos una conversación pública un poquito más calmada, y los siguientes tres meses de esos seis, establezcamos una metodología para que los constituyentes, después de haber recorrido el país, habiendo conversado con el país, vuelvan a reconvenir y -con una metodología consistente con los dos tercios- puedan enmendar, puedan corregir, para que el texto final que sometamos (al Plebiscito de Salida) después de esos seis meses adicionales sea un texto que los chilenos sientan como propio y se sientan tranquilos de respaldar".
"Yo creo que un poco de calma no nos vendría nada de mal", cerró.