Llegó el día: Chile decide su futuro en Plebiscito que define si habrá nueva Constitución
Más de 14 millones de votantes están convocados a las urnas para protagonizar un proceso histórico para la democracia chilena.
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Después de un aplazamiento por la pandemia, finalmente llegó el día en que más de 14 millones de personas están llamadas a participar en el histórico Plebiscito que definirá si el país se embaracará en la redacción de una nueva Constitución.
Este Plebiscito, el primero en Chile del siglo XXI, definirá además -de aprobarse una nueva Carta Magna- qué órgano redactará la carta de navegación del país.
Los votantes se enfrentarán este domingo a dos cédulas: La primera donde deberán definir "Apruebo" o "Rechazo" una nueva Constitución; y la segunda -de ganar la primera opción- definirá si ésta debe ser elaborada por una "Convención Constitucional" o una "Convención Mixta Constitucional".
CONVENCIÓN MIXTA CONSTITUCIONAL
Esta convención estará conformada por 86 parlamentarios y 86 ciudadanos electos democráticamente en un proceso que se abriría el 11 de abril.
Acá habrá paridad sólo en los constitucionales escogidos para este fin y no entre los parlamentarios. También contempla un cupo especial para los integrantes de pueblos originarios.
CONVENCIÓN CONSTITUCIONAL
Esta convención, en tanto, estará conformada por 155 personas quienes serán elegidos, en su totalidad, por la ciudadanía en un proceso que se realizaría también el próximo 11 de abril.
Según acordó el Congreso, esta convención será paritaria y habrá cupos reservados para pueblos originarios, aunque aún la fórmula de esto no ha sido definida.
UNA DEMANDA SOCIAL
Este Plebiscito, el primero realizado en democracia desde 1925, nació en el acuerdo entre la mayoría de los partidos políticos el 25 de noviembre de 2019, luego de que la protesta social exigiera en las calles una Constitución que derribara la Carta Magna elaborada en 1980, en plena dictadura de Augusto Pinochet.
La crisis social tuvo su inicio el 18 de octubre de ese año, con un estallido que comenzó con el reclamo por el alza de 30 pesos en el transporte público, la gota que rebalsó el vaso de agua en una sociedad que clamaba por más justicia, mejor acceso a la salud, a la educación y pensiones dignas.
La protesta alcanzó su máximo punto de ebullición el 25 de octubre cuando más de un millón de personas se congregó en la Plaza Italia -rebautizada por los manifestantes como Plaza Dignidad-, mostrando al Gobierno y a los partidos políticos su real alcance.
Sin embargo, este periodo también estuvo marcado por hechos de violencia, con barricadas, saqueos y quemas de edificios e iglesias, causando graves y costosos daños donde el comercio debió bajar las cortinas ante el vandalismo.
PARTICIPACIÓN, LA GRAN INTERROGANTE
El Plebiscito, que originalmente estaba programado para abril de este año, estará marcado por la pandemia que ya se extiende por casi ocho meses en Chile.
Debido a ello, los expertos y las autoridades temen que la participación no supere el 50 por ciento del padrón electoral, como así ocurrió para las últimas elecciones presidenciales.
Eso sí, el Gobierno remarcó que una posible baja participación no influirá en la legitimidad de los resultados.
Históricamente en Chile, los Plebiscitos del siglo XIX y XX estuvieron marcados por la baja participación de los ciudadanos. Hace dos siglos, cuando el país definía su primera Constitución, el voto era exclusivo de hombres letrados y mayores de 21 años, además acotada a un cierto territorio.
Ya en el siglo XXI, el primer gran Plebiscito de la era moderna de Chile se realizó en 1925 cuando Arturo Alessandri -quien regresaba del exilio- se propuso una nueva Constitución para el país dando más facultades al Presidente de la República luego de un periodo inestable donde el Congreso prácticamente gobernaba.
Y si bien en esa época el voto era sólo para hombres mayores de 21 años y prohibido a los analfabetos, éste fue el último Plebiscito constitucional realizado en democracia con una participación del 45 por ciento del padrón.
Luego vinieron los Plebiscitos de la dictadura. El primero de ellos fue en 1978 que, sin registros electorales y con serias dudas de su transparencia, aprobó la legitimidad del regimen militar.
En 1980 la historia fue similar, aunque en esa oportunidad los chilenos debían corroborar la Constitución elaborada por la dictadura y que rige hasta la actualidad. En este proceso, con votación obligatoria, participaron seis millones de personas.
Luego vino el Plebiscito de 1988 que, también con voto obligatorio, alcanzó una participación del 97 por ciento del padrón dando el triunfo al "No", lo que dio paso al camino de Chile hacia la democracia, derrocando en las urnas al dictador.
Y el último referéndum del siglo XX tuvo lugar un año después, en 1989, con la participación del 93,7 por ciento del padrón. En esa oportunidad, el país aceptó reformar la Constitución de 1980 promoviendo el respeto por los derechos humanos.
31 años después, nuevamente los chilenos están convocados a las urnas, esta vez de forma voluntaria, para definir si la Carta Magna de la dictadura seguirá o no rigiendo en el país.