"La misma preocupación que habíamos manifestado antes del cierre del plazo queda ratificada al conocer los contenidos específicos de cada una de las enmiendas", admitió este miércoles el consejero constitucional Yerko Ljubetic, de Convergencia Social (CS), sobre la dirección en las que se mueven las propuestas presentadas por el Partido Republicano esta semana.
En Lo Que Queda del Día de Cooperativa, el abogado, exministro de Trabajo de Ricardo Lagos y militante del partido del Presidente Gabriel Boric se refirió a la presentación de las más de 1.000 indicaciones al anteproyecto redactado por la Comisión Experta, de las cuales unas 400 fueron propuestas por la colectividad liderada por José Antonio Kast.
En esta línea, declaró que las enmiendas republicanas "claramente se apartan, en distintos grados, del eje central sobre el cual estamos trabajando, que es el anteproyecto de la Comisión Experta, que, como hemos dicho, es la base de acuerdos sobre la cual sería posible pensar en conciliar posiciones y avanzar hacia una perspectiva de llegar a un texto acordado que proponerle a la ciudadanía" en el plebiscito del próximo 17 de diciembre.
Según Ljubetic, "lo que queda ahora es ver lo que hemos calificado como la disposición o la actitud política que hay detrás de las enmiendas", pues -planteó- "una cosa es el texto que cada una de los sectores presenta y otra es con qué disposición se presenta: uno puede presentar una enmienda diciendo 'de aquí no me muevo' o 'la pongo para que conversemos sobre este tema'".
Así las cosas, el consejero de CS afirmó que "estos días son clave para dilucidar, particularmente en Republicanos, que dada su mayoría tiene la principal responsabilidad en este asunto, cuál es su disposición respecto a sus propias enmiendas y si estas van a suponer un espacio de conversación y negociación factible o no, particularmente en los temas que puedan ser los más complejos del punto de vista de llegar a un acuerdo transversal".
ROL DE CHILE VAMOS
De cara a esas negociaciones, Ljubetic dijo tener "serias dudas" sobre una eventual moderación de los republicanos en algunas enmiendas que son populares entre sus adherentes.
"Uno habla con consejeras y consejeros y se aprecia de algunos de ellos una cierta disposición, pero también se aprecia lo que ocurre cuando uno negocia con un texto ya puesto, que es una cierta tensión entre ellos; no sólo al interior de quienes son parte del Consejo, sino que una tensión también respecto a la gente que se supone ellos tienen que responder. Uno puede tener la mejor disposición, pero cuando se pone una propuesta y esta se hace pública, probablemente reciba aplausos de su sector, lo que hace más complejo después retroceder en esa posiciones a la hora de empezar un proceso de negociación", señaló el constituyente.
En tal sentido, el militante de CS indicó que "hasta ahora no hay claridad acerca de cuál será la actitud política concreta del conjunto de la bancada de Republicanos. Hay señales individuales, pero es lo que tendría que darse en los próximos días, porque es lo que va a definir si hay conversaciones y diálogos que mantengan el sentido de este proceso constitucional de aquí en adelante".
Sobre el papel que -en su opinión- deberían jugar los partidos de Chile Vamos, Ljubetic manifestó que "esperaría que ellos tuvieran un rol mucho más de reivindicación del anteproyecto, si consideramos que fue producto de un acuerdo en el que había una presencia muy importante (de la UDI, Evópoli y RN)", y "de contención frente al maximalismo de las propuestas de Republicanos".
"Ojalá sea así, pues vamos a necesitar acuerdos muy transversales para que esto entre en una perspectiva razonable de diálogo y de posibilidades de acuerdos transversales entre los distintos sectores y las variadas posiciones", añadió.
EL ESTADO SOCIAL Y DEMOCRÁTICO DE DERECHO, UNA LÍNEA ROJA
En un escenario donde la centroizquierda es minoría, Ljubetic reiteró la disposición de su sector "de entrar en un proceso de diálogo y de negociación" en el Consejo, pero advirtió que no respetar la consagración de que Chile se organiza en un Estado social y democrático de derecho -que quedó establecido en el anteproyecto de los expertos- sería una línea roja.
"Naturalmente en las negociaciones uno tiene que tener claro y- sobre todo la contraparte- cuáles son los límites dentro de los que cada sector se mueve" y en el oficialismo "hemos sido muy categóricos, desde temprano, que para nosotros cuestiones como el que se distorsione o se desnaturalice el Estado social de derecho es una cuestión que sería impresentable y una base sobre la cual no sería posible construir acuerdos en torno a otras materias", arguyó el consejero.
"No sólo hay un argumento jurídico-político (para defender el Estado social y democrático de derecho), que es que esa es una base esencial de la base sobre la cual tiene que desarrollarse el proceso, sino que hay una razón de fondo. Nosotros estamos aquí en un ejercicio teórico, donde de repente se nos dieron ganas de reunirnos a discutir una nueva Constitución; estamos aquí porque esto ha sido parte de una cuestión que se originó de una enorme y una muy grave crisis social y política chilena, donde hubo una capacidad de encauzarla a través de un camino político, como es el de encontrar un acuerdo en torno a un nuevo marco constitucional de convivencia social y política de los chilenos y que se entiende que implica cambios sustantivos respecto a los que tenemos y yo diría que el más importante es el de pasar del Estado subsidiario, que hemos vivido y sufrido todos estos años, a un Estado social y democrático de derecho", defendió.
"Eso está en el corazón del sentido de este proceso y naturalmente, en la medida que eso no se dé, para nosotros probablemente pierda mucho sentido seguir adelante en este esfuerzo", subrayó.
