Diversas críticas han surgido desde el mundo político y empresarial tras el anuncio del Presidente Gabriel Boric de una Estrategia Nacional del Litio, que busca posicionar al Estado como actor productivo del material, dado que acusan que hay un "cambio de tono" del Mandatario con respeto a su discurso a los empresarios en Enade.
La Confederación de la Producción y el Comercio (CPC) es uno de los sectores que han mostrado reparos respecto a la iniciativa, sobre todo al control del 51 por ciento que pretende tener el Estado con este mineral, asegurando que eso no aportaría al incentivo del sector privado.
"Quizás nos podrían haber avisado un poco antes, como se trata de una política nacional, podrían habernos involucrado antes en ese diseño, ahí podríamos haber entendido mucho mejor y no hoy que estamos mirando un poco más ideológicamente la propuesta, porque cuando el Estado se hace cargo con un 51 por ciento de participación, los incentivos no son buenos para los privados", sostuvo en Mesa Central el presidente de la CPC, Ricardo Mewes.
En esta línea, el representante empresarial dio como ejemplo que "si yo quiero hacer un negocio contigo, y yo pongo el capital, pongo la tecnología, y después tú haces lo que quieres con los resultados de ese negocio, no es atractivo para nosotros como empresarios privados".
"Entonces, eso también llama la atención desde el punto de vista de la conformación de esta política nacional", puntualizó Mewes.
Ante estos cuestionamientos, el ministro de la Secretaría General de Gobierno (Segpres), Álvaro Elizalde (PS), indicó que "el Presidente ha valorado el rol de los privados en el crecimiento económico, y en ese sentido ha dado una señal muy potente; pero por otro lado, ha planteado algo que es casi de sentido común, que es que en la política nacional del litio hay que velar por el interés superior del país".
"Esto implica que pueden ingresar otros actores, y en que obviamente las decisiones que se tomen pongan como eje central que los chilenos nos veamos beneficiados con la explotación de un recurso tan importante como el litio, que no se repita los errores que cometimos con el salitre, en donde todos sabemos las consecuencias que tuvo. Y, por tanto, velar porque finalmente se cuente con la mayor cantidad de recursos", añadió.
El secretario de estado comentó también que espera que esté la voluntad de distintos sectores para avanzar en la discusión.
PARTICIPACIÓN DEL SECTOR PRIVADO
Desde la oposición, el senador Javier Macaya, presidente de la UDI, señaló que el sector privado ha demostrado ser más productivo y aportar más a la economía, asegurando que "la comparación de una empresa pública como Codelco versus la explotación por parte de privados del litio, (está ultima) entregó el doble de valor".
"Cinco mil millones de dólares es lo que entregó la explotación por parte de privados, en una buena alianza que entrega más beneficios para el Estado y por ende a los chilenos en el financiamiento de políticas sociales", destacó el parlamentario.
El líder de la UDI afirmó que "nos parece que ahí está el camino, que no hay que entregar una desconfianza o malas señales respecto de lo que significa la participación de los privados en las distintas actividades económicas de Chile".
"Es la contradicción vital que demuestra el Presidente de la República, durante la mañana al ser aplaudido por los empresarios por su buen discurso y tono en el reconocimiento de privados y en la noche promover un Estado empresario, que ha fracasado en todos lados del mundo", cerró Macaya
PARTICIPACIÓN DEL ESTADO SE RESERVARÍA A PROYECTOS ESTRATÉGICOS
Ante la preocupación que este tipo de políticas se extienda hacia otras industrias, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, señaló que la participación mayoritaria del Estado se reservaría para proyectos de relevancia estratégica, como es el caso del litio.
Respecto a las negociaciones con los actuales operadores (SQM Y Albemarle) del Salar de Atacama, se buscará una forma de control estatal que pueda ocurrir por vía de participación accionaria o vía pacto de accionistas, aseguró Marcel.
