El analista político Axel Callís, director de la consultora Tú Influyes, analizó en Cooperativa que la ciudadanía -"cansada de los atrincheramientos"- votó en las últimas elecciones municipales y regionales "pensando en sus localidades" y no dejándose llevar, en general, por la figura política o mediática que representara el candidato de turno.
"Culturalmente, uno mira que en esta elección las personas votaron pensando en sus localidades. Y en general, a estos candidatos que llegaron como de otro planeta, desde arriba y como (si estuvieran) haciéndole un favor a la gente, les fue mal", sostuvo el experto en entrevista con Lo Que Queda del Día.
En ese contexto, mencionó el caso de Marcela Cubillos, cuya derrota en la alcaldía de Las Condes Callís "nunca" creyó que pasaría: "Ella llegó en la dura, diciendo 'yo soy la candidata acá y despéjenme el camino'", porque además "venía precedida de una votación de convencional constitucional donde sacó una brutalidad de votos".
"Uno podría encontrar un símil con Karla Rubilar", quien también perdió en Puente Alto, apuntó.
Pero el escándalo por el exorbitante sueldo que recibía Cubillos en la Universidad San Sebastián y su manejo comunicacional del mismo, probablemente terminó siendo un factor que le jugó en contra.
"Yo he dicho que adoptó el estilo 'mechero' de supermercado, que cuando los pillan empiezan a gritar e insultar a todo el mundo para llamar la atención. Es un estilo muy duro que se usa en otros países, pero en Chile parece que no tuvo el efecto que ella deseaba", dijo Callís.
SORPRESA DE DESBORDES, MALA ELECCIÓN PARA EL PC Y LLEGADA A TIERRA PARA REPUBLICANOS
Por otra parte, en Santiago "fue una sorpresa la magnitud de la votación de Mario Desbordes", el candidato de la derecha que obtuvo el 51,08%, muy por sobre el 28,65% de la actual alcaldesa, Irací Hassler, militante del Partido Comunista (PC).
En esa línea, tambén "fue una sorpresa para el PC, que no esperaba salir de Santiago, se quedó solamente con Recoleta y Lo Espejo". De hecho, "pasó de apostarlo todo a no conseguir casi nada", puesto que ganó apenas dos de las 18 alcaldías donde compitió a nivel nacional.
Asimismo, Callís aseguró que la predicción de que el Partido Republicano lograría un gran avance electoral "no pasó", por lo que este proceso "fue una llegada a tierra y (una señal de que) el encanto se empezó a perder".
"De la votación del año pasado -el 36% en consejeros constitucionales- con que llegaban como carta de presentación, perdieron dos tercios y están en el 14-15% a nivel de concejales, (aunque) igual es mucho para una fuerza política sola. Muchos pensamos que le iba a ir muy bien en gobernadores, y sólo tienen dos posibilidades en segunda vuelta, y en alcaldes pusieron 59 candidaturas y lograron ocho, pero no lograron Valparaíso, Concepción ni otras cabezas regionales", analizó.
LAS LECCIONES: LA GENTE QUIERE "ALGO PACÍFICO" Y VUELVE EL EQUILIBRIO
En cuanto a las primeras lecciones que se pueden sacar de estas elecciones, Callís concluyó que "después de dos procesos constituyentes, los chilenos están un poco cansados de las personas duras, de los atrincherados, de los que gritan y van a programas donde se sacan la mugre (...) Hay una muestra de que los chilenos a lo mejor están queriendo algo más pacífico".
Como muestra, "los partidos extremos están mucho más chicos, (y) han vuelto los partidos tradicionales, (aunque) con números que no son tan auspiciosos".
De esta manera, "vuelve el equilibrio 2012-2016 en términos de alcaldías, y deja un poquito más abierta la presidencial del próximo año", sentenció.