Esto debido al reembolso que reciben los candidatos y sus partidos por voto obtenido.
Los mayores gastos se registraron en 2006, 2010 y 2014.
El Gobierno pretende cambiar el sistema actual de financiamiento, tras la polémica generada por el caso Penta.
El Estado de Chile desembolsó entre 2005 y 2013 más de 185 millones de dólares para campañas electorales en el marco del sistema de financiamiento de la política.
En la actualidad los candidatos y los partidos reciben un reembolso dependiendo de la cantidad de sufragios obtenidos: 736 pesos en el caso de los postulantes y 368 pesos en el caso de las colectividades.
Dicho aporte fiscal -que proviene del programa de Operaciones Especiales de la partida del Tesoro Público de la Ley Presupuesto- se definió en la ley de financiamiento y gasto electoral de 2004 y podría sufrir cambios a partir del envío al Congreso de un proyecto del Gobierno para perfeccionar el sistema, eliminar los aportes reservados y prohibir las donaciones de empresas.
Según un análisis realizado por el diario La Tercera, sólo en 2014 los reembolsos por concepto de comicios presidenciales, parlamentarios y regionales implicaron que el Fisco gastara más de 41,3 millones de dólares.
En 2013, año que contempló anticipos de las presidenciales, parlamentarias y regionales y reembolsos de las municipales de 2012, el Estado gastó 21,5 millones de dólares, mientras en 2012 se gastaron US$ 6,1 millones, por los adelantos de las municipales.
Asimismo en 2010, el desembolso fiscal superó los 32,9 millones de dólares. En 2009, en tanto, fue de US$ 20,7 millones; en 2008, se gastaron US$ 5,5 millones; en 2006, US$ 36,6 y en 2005, US$ 29,3 millones.
Los años de mayores gastos fueron 2006, 2010 y 2014 y corresponden a pagos de elecciones presidenciales y parlamentarias, mientras que los años 2007 y 2011, no registran gastos por no estar ligados a periodos electorales.
