Pese a que aún debe franquear su última barrera en el Tribunal Constitucional, el Servicio Electoral ya trabaja para adecuarse a la serie de desafíos que le impondrá la puesta en marcha del nuevo sistema, que reemplazará al cuestionado binominal.
El nuevo sistema, de carácter proporcional moderado, debutará en las elecciones parlamentarias de 2017 aumentando la competencia y el número de candidatos, coinciden los expertos.
Según destaca el abogado constitucionalista Patricio Zapata (DC), una de las principales variaciones del nuevo sistema será el peso del sufragio, donde el concepto de "voto útil" ya no será necesario.
"Algunas personas hasta el día de hoy sólo marcaban el 'voto útil', es decir: 'A mí me gustaría votar por fulano, pero en realidad fulano no tiene ninguna chance, porque va fuera de los pactos, entonces voy a votar por zutano, porque ese voto es útil'", explica.
"Ahora los ciudadanos van a poder decir: 'Voy a votar por el que me gusta, (porque) aunque vaya fuera de uno de los dos grandes pactos tiene posibilidad, (entonces) no pierdo mi voto", añade Zapata.
El analista de la Universidad Diego Portales Claudio Fuentes entre las mejoras del nuevo sistema la Ley de Cuotas y el incremento de la representación por el aumento de parlamentarios por distrito y circunscripción, lo que, en la práctica, rompe el empate.
El nuevo sistema "es mejor" que el binominal "porque la proporción entre ciudadanos y elegidos representantes se mejora", afirma.
"La proporcionalidad, la representación del sistema es mejor y, en segundo lugar, yo creo que la introducción de una Ley de Cuotas es algo innovador y que, ciertamente, es mucho mejor a lo que tenemos", señala Fuentes.
Requisitos para los partidos
El nuevo sistema aumentará la competencia entre los partidos, porque reducirá los requisitos para formar una colectividad.
Por ejemplo, en Aysén, tomando en cuenta los votos de la pasada elección del 2013, se requieren sólo 94 firmas para formar un partido y 189 para presentarse como candidato independiente.
Quienes critican este aspecto afirman que se puede producir una excesiva proliferación de partidos.
En las elecciones parlamentarias de 2017 los chilenos elegirán a 155 diputados y 50 senadores. (Foto: UNO)
"Va a haber una fragmentación partidaria. De eso no me cabe la menor duda. Particularmente si consideramos que el requisito para la formación de partidos es un 0,25 por ciento, versus un 0,5 de los independientes. O sea, virtualmente hay un incentivo a la creación de partidos", advierte el analista de la Universidad de Chile Patricio Gajardo, cercano a la derecha .
"Lo más probable, incluso, es que entre ser independiente, más vale crear un partido, que es bastante más fácil, y acceder también a los beneficios en términos de financiamiento electoral más hacia los partidos que hacia los independientes", plantea.
Tamaño de los distritos
Otro punto que ha merecido críticas es la reducción en el número de distritos, de 60 a 28, que implicará que los nuevos distritos tengan mayor tamaño, algo que beneficiaría a quienes ya ocupan un cargo, pues serían conocidos, en desmedro de los nuevos aspirantes o los independientes.
El abogado Patricio Zapata admite que esta fórmula no le gustó del todo, pero señala fue la única manera de hacer efectiva la proporcionalidad. De otra forma, la Cámara habría aumentado en demasía el número de representantes.
"Ahí hay un costo. El problema de buscar la proporcionalidad, darle la oportunidad a las fuerzas emergentes, obligó a tener distritos más grandes. La única solución habría sido más diputados, pero esa solución no estaba disponible, no era realista plantear hoy día 240 ó 250 diputados", afirma Zapata.
"Creo que ésa es la principal desventaja. A mí no me preocupan las otras cosas que se han dicho: aquí no va a haber una proliferación de partidos, no va a haber 50 partidos. El sistema proporcional que se aprobó es moderado y sólo van a llegar al Parlamento fuerzas que tengan representación significativa", asegura.