El presidente del Senado, el socialista Álvaro Elizalde, lamentó este jueves el rechazo en la Cámara de Diputadas y Diputados, por algunos votos en contra y de abstención del propio oficialismo, a las observaciones realizadas por el Gobierno al proyecto de reforma constitucional que permitía al Presidente de la República disponer de las Fuerzas Armadas para el resguardo de infraestructura crítica, lo que terminó por echar por tierra la iniciativa.
El veto presidencial, el primero que utilizó la actual administración, requería sumar 93 respaldos y lograron sólo 61, a raíz del rechazo de la oposición, pero también porque 13 parlamentarios de Apruebo Dignidad y Socialismo Democrático no lo apoyaron.
Esta fractura desató cuestionamientos internos en el oficialismo, con legisladores del Partido Socialista -tienda liderada por Elizalde- acusando a los legisladores de la coalición que no dieron su voto a favor de "darle la espalda al Presidente".
Según comentó el timonel socialista en El Diario de Cooperativa, la discusión en la Cámara Baja no fue jurídica, sino más bien "se produjo un debate que distorsionó el sentido de la votación, que fue el debate de pasarse la cuenta de un sector a otro y no pensar en lo que la gente necesita".
En ese sentido, Elizalde acusó irresponsabilidad de "quienes, con la calculadora en la mano, vieron cómo le pasaban la cuenta a los otros sectores, cosa que no ocurrió en el Senado".
"Pese a las críticas que había de la oposición al Gobierno, (en la Cámara Alta) se votó transversalmente a favor de este proyecto y, por lo tanto, creo que en el Senado hubo mayor madurez", destacó.
"Lo que le hace un enorme daño, incluso, a la imagen del Congreso Nacional es que parece una pelea de quién saca mayor dividendo en el corto plazo, no pensando en el país, lo que necesita la gente, los ciudadanos", sentenció.
"Me parece que lo que hizo la derecha fue una burda maniobra política. Es muy vergonzoso que un Congreso actúe de esa manera", dijo el diputado oficialista Tomás Hirsch, de Acción Humanista, quien defendió que "lo único que buscaba (el veto presidencial) era mejorar y hacer aplicable una ley que ya estaba aprobada".
Desde la derecha, en tanto, el diputado Miguel Mellado (Renovación Nacional) endosó la responsabilidad al Gobierno, asegurando que "es una falla garrafal de Giorgio Jackson", ministro de la Segpres, encargado de llevar las relaciones entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo.
A juicio del parlamentario opositor, el error del secretario de Estado fue no poner "atención en lo que podía suceder en el Congreso, y creer que nosotros como derecha teníamos la obligación de aprobar".