Un virtual "empate técnico" entre quienes están a favor y en contra del proyecto de reforma tributaria impulsado por el Gobierno de Michelle Bachelet mostró la última encuesta de Cooperativa, Imaginacción y la Universidad Central.
El 46,1 por ciento de los encuestados dijo identificarse con la visión de la oposición y los empresarios, "que dicen que esta reforma tributaria castiga principalmente a la clase media", mientras el 45,9 por ciento coincide con la visión del Gobierno, que busca "que las grandes empresas y las personas que tienen mayores ingresos paguen más impuestos para financiar mejor educación y salud para la mayoría de los chilenos".
A juicio del director de estudios de Imaginacción, Carlos Vergara, estas cifras demuestran "que el discurso de que la reforma ataca a la clase media que ha usado el mundo de la derecha es un discurso que se ha metido, que hace eco en la población".
"Hay elementos (que muestran) que ese discurso se ha afirmado con alguna fuerza, y es curioso que prácticamente la mitad de la gente piensa que esto afecta a la clase media", destacó el experto.
El sondeo mostró, en contraste, un mayoritario apoyo a la eliminación y reemplazo del sistema electoral binominal (58,2 a favor y 23,7 por ciento en contra).
Para la decana de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Central, Juanita Rojas, este resultado señala que la gente entiende los vicios del sistema electoral, pero no así en profundidad las implicancias de la reforma tributaria.
"La reforma tributaria es de difícil comprensión para la gente común. Por lo tanto, es mucho más fácil que sea la gente influida por eslóganes o por frases como las que uno escucha normalmente: 'Esto va a perjudicar a los empresarios más chicos...', 'Esto perjudica a la pequeña y mediana empresa...'", dijo Rojas.
"La gente no entiende necesariamente cuál es el contenido de la reforma, porque es un aspecto muy técnico. La diferencia con el tema del binominal es que éste es un tema tratado, discutido, instalado en el imaginario colectivo como algo con lo que hay que terminar", planteó.
En el sondeo y ad portas de una nueva conmemoración del Día de los Trabajadores, el 78,6 por ciento de los consultados opinó que "debería aumentar" el nivel de sindicalización en Chile, versus un 18 por ciento que piensa que "está bien como está".
Carlos Vergara atribuye esta cifra a que "hay una sensación de los sectores más vulnerables de mucho abuso de parte de los poderosos".
"Ante el caso de La Polar, de la colusión de las farmacias y otros ejemplos, la gente –sobre todo los más vulnerables- sienten que son objetos de abuso y no hay quién los defienda. Este apoyo a que haya más sindicalización es para tener algún nivel de equilibrio o contrapeso al mundo más 'fáctico' del poder del dinero o de las grandes empresas", argumenta.
