El diputado de Revolución Democrática Renato Garín reconoció haber tenido problemas de "irritabilidad y melancolía" durante este año, que atribuyó, fundamentalmente, a la falta de sueño y a su autoexigencia en el trabajo parlamentario.
Garín fue denunciado ante la Comisión de Ética de la Cámara Baja por conducta agresiva contra un asesor de su colega y correligionaria Catalina Pérez. Antes de eso había sido acusado de malos tratos hacia la CORE por Santiago Oriente Sofía Valenzuela.
"Todo empezó hace unos once años y se fue profundizando en algunos momentos. Tiene que ver con la autoexigencia, tratar de hacerlo todo y bien. En la Universidad (de Chile), al final de la carrera empecé a dormir poco porque me obsesioné con tener buenas notas para hacer un posgrado afuera. Después, estudiando en Nueva York y en Oxford, la falta de sueño se volvió una costumbre", contó Garín, abogado de 32 años, a El Mercurio.
"En la Chile lo pasé mal, porque me tocó una época difícil. La toma (en la Facultad de Derecho) del año 2009 fue un momento de muchas peleas, intrigas y conflictos. Me alejé de muchos amigos y cercanos, discutí con quienes antes habían sido mis profesores", recordó.
"No he faltado a ninguna sesión"
También este año, luego de asumir como diputado, "he dormido poco y eso me pasa la cuenta con irritabilidad y melancolía", señaló, pero dijo que, tras revelar esto, "dos diputadas, cuatro diputados y un senador se me acercaron a contarme que les pasa algo parecido, que hay días que duermen poco y que al día siguiente pagan los costos".
"Este año no presenté nunca una licencia médica y no he faltado a ninguna sesión. Soy de los poquísimos diputados que tenemos asistencia perfecta. Durante largos meses dormí pésimo y no lo usé como excusa para faltar a mi trabajo", afirmó, asegurando que está haciéndose cargo del problema.
"Estoy haciendo todo lo que me han recomendado. Estoy durmiendo mínimo ocho horas diarias y agregando una siesta los fines de semana. Dejé completamente el café, reduje el té verde y no uso el computador después de las diez de la noche", relató.
"Me avergüenza no tener cuero de chancho"
El diputado RD asegura que no tiene "mal carácter", pero en el Congreso es "pesado, desconfiado y terco", y defiende sus posiciones "hasta el final".
"Cuando me siento pasado a llevar o increpado injustamente tiendo a reaccionar", señaló, y afirmó que "a ratos, el Congreso y las bancadas son como esos grupos de universitarios donde uno o dos se desvelan haciendo el trabajo y el resto solo firma".
"Como diputado, me avergüenza no tener cuero de chancho. Como persona, haber sido débil ante las provocaciones. (...) Cuando veo mediocridad en la Cámara me enojo mucho. Hubo un episodio, en particular, en que había solo 34 diputados presentes en la Sala, de un total de 155. Solicité suspender la sesión y fui increpado por un colega diciéndome que yo 'quería hacerme famoso a costa de dañar a la Cámara'. Eso me molestó mucho. Quedé todo el día enojado y frustrado", relató al diario.
El episodio Boric-Orsini-Palma lo dejó "intratable"
"Cuando me siento engañado también me enojo mucho. No soporto la mentira o las verdades a medias. (...) Me ocurrió a raíz de la reunión de Maite (Orsini) y Gabriel (Boric) en París con Ricardo Palma Salamanca. Le pregunté directamente a Maite si ella también había asistido a la reunión y no nos contó la verdad, hasta que estuvo en la portada de los diarios. Eso me tuvo enojado largos días. Esa semana estuve intratable", reveló.