En un intenso y controversial encuentro, la Junta Nacional de la Democracia Cristiana ratificó a Ximena Rincón como su candidata presidencial, debido a que ya ganó una primaria interna para ello, pero la senadora se declaró en "estado de reflexión" sobre si continuar esta carrera.
Esto debido a que no obtuvo el respaldo que esperaba en una instancia donde hubo voces que seguían apuntando a la figura de Yasna Provoste, quien ha irrumpido fuertemente en los últimos meses en el debate público y en las encuestas por el rol que ha llevado como presidenta del Senado y encabezando el diálogo con el Gobierno por los "mínimos comunes".
La candidatura de Rincón fue visada por 146 apoyos y 101 rechazos.
La propia Provoste formuló más temprano una dura crítica a la dirigencia de la DC, remarcando que no tiene intención de ser candidata luego de que el timonel del partido, Fuad Chahín, la llamara para preguntarle por su disponibilidad, eventualmente en desmedro de Rincón.
Previamente, Rincón había instado a la Junta Nacional a definir si iba a ser ella o Provoste la opción del partido para ir a las primarias, ya que no le ve sentido a su postulación si no representa un proyecto colectivo. A la vez, expresó, "me ha resultado "especialmente difícil ser candidata del partido mientras tanto, al interior del mismo como en los medios de comunicación, se ha instalado una pseudo competencia con mi gran camarada, Yasna Provoste".
El "terremoto" político golpea fuerte a la Falange pues sólo momentos después de la ratificación de Rincón, en votación dividida, Chahín, cuya conducción también fue duramente criticada en la instancia, presentó su renuncia a la presidencia del partido.