El diputado fue nominado por el movimiento Unir y se transformó en la primera carta presidencial en el Frente Amplio, donde espera que haya primarias.
Se desmarcó de Pamela Jiles, del Partido Humanista (ex integrante del FA), y afirmó que su proyecto es tolerante y "no busca la aniquilación de nadie".
El diputado Marcelo Díaz, ex PS y hoy líder del naciente movimiento Unir, fue nominado por este para ser su precandidato presidencial, carrera electoral en la que buscará promover una propuesta que "avance en derechos sociales".
Unir, formado principalmente por ex militantes socialistas, se reunió este sábado en una asamblea virtual para definir su carta presidencial, instancia en la que el parlamentario, líder del movimiento, se posicionó como la mejor opción, resultando elegido para competir.
"Acepté el desafío presidencial porque quiero ayudar a avanzar en derechos sociales, queremos desmercantilizar la vida con oportunidades y garantías. Nuestros desafíos serán: una profunda reforma previsional que cambie radicalmente el modelo de financiamiento de la pensión; segundo, tener una reforma en salud con un seguro único de salud, y eso requiere que pasemos del 5% del PIB en Salud a un 8%", expuso en entrevista con El Mercurio.
En pos de esos objetivos se va a "requerir una nueva reforma tributaria que permita financiar estos derechos sociales fundamentales", explicó, y también apuntó que "un elemento esencial es la profundización democrática: espera que la nueva Constitución "consagre un régimen parlamentario, además de una redistribución territorial del poder y algo que la izquierda no puede desatender: los países tienen que generar crecimiento y riqueza, pero no a partir del modelo que hemos tenido ahora".
Díaz se manifestó dispuesto a participar de eventuales primarias en el Frente Amplio, bloque al que Unir se integró formalmente en julio. Elogió también a Beatriz Sánchez, ex candidata presidencial de la coalición y quien aún no decide si repetir la candidatura: "Es una tremenda líder del FA".
Descartó, en tanto, que su currículum político, en el que resalta que fue vocero en el segundo Gobierno de Michelle Bachelet y luego embajador en Argentina, sea una ventaja para él en desmedro de otras figuras del sector.
"Es parte de mi biografía y de mi historia. Muchos de los que estamos en Unir provenimos del Partido Socialista y hemos sido parte de los gobiernos progresistas que ha habido en Chile, con sus luces y sombras. Nos hacemos responsables de las etapas políticas de las cuales nos ha tocado participar, pero no entendemos que eso sea una desventaja o ventaja, sino que un elemento propio de nuestra biografía colectiva", sostuvo.
El diputado fue consultado también sobre dos de las figuras presidenciables de la oposición que más marcan en las encuestas: el comunista Daniel Jadue, alcalde de Recoleta, y la diputada Pamela Jiles (Partido Humanista, ex integrante del FA).
"A nosotros nos gustan las ideas de Daniel Jadue. Por ejemplo, las farmacias populares incluso han sido replicadas por alcaldes de derecha, pero nuestra mirada tiene que ser más diversa. En nuestro proyecto cabe la mirada de Jadue, pero otras también", destacó sobre el primero.
Por otra parte, aprovechó para desmarcarse de Jiles: "Yo acepté esta invitación como parte de un proyecto colectivo en el que las ideas tienen que estar por sobre las personas. Este es un proyecto tolerante en el que caben todos. No buscamos la aniquilación de nadie, sino que dar un cauce al proceso de transformación que requiere la sociedad chilena", precisó.
