El candidato presidencial del Partido Progesista (PRO), Marco Enríquez-Ominami, confía en llegar a la segunda vuelta asegurando que "nunca he estado tan cerca de ganar como ahora".
"Tengo hambre de ser presidente y voy a ganar (...), hoy día soy, por lejos, el líder más preparado para enfrentar a una derecha que va arriba en Chile, pero también en Argentina, Brasil, Paraguay, Colombia, México o España", aseguró.
En esa línea, manifestó que los "progresistas estamos desafiados, pero también somos capaces de ganar si no rehuimos la agenda que nos impone la derecha: la delincuencia, el narcotráfico y la economía", recalcó el candidato, quien está convencido de que "la inmigración, si se planifica, puede ser una enorme oportunidad".
Con 44 años, Enríquez-Ominami es el más joven de los ocho aspirantes a La Moneda, y según destacó en entrevista con la agencia española EFE, también es el que cuenta con más experiencia electoral.
La primera vez que se presentó, ME-O rompió el binomio electoral entre las dos grandes coaliciones y obtuvo el 20 por ciento de los votos, lo que en la práctica supuso la derrota de la Concertación y allanó el camino a La Moneda de Sebastián Piñera.
En 2013, su respaldo electoral descendió al 10 por ciento. Ahora está seguro de "cautivar el corazón de los chilenos para que el Ejecutivo sea progresista".
"No me cabe ninguna duda de que de las tres elecciones, esta es la única en la que realmente podemos ganar", afirmó el líder del Partido Progresista, quien asegura estar por delante de la abanderada de la coalición izquierdista Frente Amplio, Beatriz Sánchez, y del aspirante oficialista, el senador Alejandro Guillier, cuya candidatura "va en retroceso", sostuvo.
Cómo ve ME-O a Piñera y Guillier
Considerado en su momento como un recién llegado que rompió con la clase política, la suya "es hoy una fuerza de resistencia, programática y propositiva que desafía a una derecha que va al alza", enfatiza.
De Piñera opina que "es un mentiroso crónico, un economista que no sabe de Economía", y de Guillier, que "es un candidato que no entiende de qué se trata la Presidencia de la República", porque dos semanas antes de los comicios "aún no había presentado su programa de Gobierno".
"Chile es la Corea del Norte del capitalismo, Chile no tiene una democracia participativa, sino una democracia representativa fiduciaria. Estamos en una situación inédita de la democracia chilena", advirtió.
"Estamos secuestrados por los bancos", manifestó Marco Enríquez-Ominami, quien en materia económica propone aumentar el salario mínimo a 300.000 pesos, eliminar el impuesto a las pymes que reinviertan beneficios y gravar con una tasa del 40 por ciento el patrimonio de las personas "súper ricas" y del 35 por ciento a las grandes empresas.
Marco sostuvo que "si vota poca gente, Piñera puede ganar en primera vuelta", y frente a eso llama a "los pobres, los discriminados, la clase media a ponerse de pie" para dar lo que denomina "la sorpresa chilena".