La presidenta del Tribunal Constitucional (TC), María Luisa Brahm, fue sancionada con censura por escrito por falta de respeto a cuatro de sus funcionarios.
La denuncia contra la magistrada, que fue notificada este viernes tras resolución de la Primera Sala del TC, fue realizada por su ex chofer Cristán Suárez; la secretaria del TC, María Angélica Barriga; el director de Informática, Nelson Contreras; y su ex secretario personal Domingo Riquelme.
A esto, se suma el "efectuar una denuncia sin fundamento y de la cual se constatare su falsedad o el ánimo deliberado de perjudicar al denunciado", en referencia al ex director de Administración y Finanzas Julio Ortiz.
La resolución, adoptada con votos a favor de los magistrados Juan José Romero y José Ignacio Vásquez (se obtuvo otro en contra y una abstención), detalló que los funcionarios denunciantes "dan cuenta de un patrón de comportamiento reiterado de desprecio y denostación, tanto laboral como personal".
"De tal magnitud resulta el maltrato, que las víctimas han reconocido que normalizaron esta situación en un contexto donde el mismo secretario de la ministra describe que los portazos y gritos eran habituales, era como que se hubiera caído el edificio", añadió el escrito.
Utilizaba su cargo para justificar malos tratos
También se indicó que "resulta sorprendente que al menos dos víctimas indiquen que la presidenta del tribunal haya utilizado su cargo para justificar el maltrato laboral; así por ejemplo, una víctima señala que la ministra dijo que la tenía que respetar dado que ella era la cuarta autoridad del país".
"Coincidimos con el informe de ministro instructor en que las defensas las conductas abusivas basadas 'en que obedecían a un nuevo paradigma de trabajo' y que imparten justamente una tendencia de deshumanización y de sacrificio del respeto de la integridad psíquica de los funcionarios", puntualizó el fallo publicado por El Mercurio.
Tras esta resolución, la causa quedó en manos del ministro Iván Aróstica, quien debe concluir el proceso y escuchar los últimos descargos de Brahm.
