El abogado Juan Pablo Hermosilla, quien presentó la querella por acoso y abuso sexual contra el ex embajador de Chile en Francia Patricio Hales (PPD), afirmó en Cooperativa que dentro del partido en el que milita se conocía de las actitudes cuestionadas contra el ex diputado.
La ex empleada María Eugenia Soto, las ex secretarias Marcela Díaz y Viviana Zapata y su hijastra Elisa García-Huidobro relataron en un reportaje de Sábado una serie de episodios en los que se vio envuelto el también ex ministro, acusaciones que se concretaron en una denuncia presenta por Soto en enero pasado ante la Fiscalía Oriente, la cual fue declarada admisible el 11 de octubre de 2017 y el fiscal a cargo es Francisco Lanas.
En conversación con Una Nueva Mañana, el jurista denunciante dio cuenta que, "cuando llegaron estos antecedentes, uno chequeaba con la gente del partido, todo el mundo sabía esto dentro del partido. 'Ah, sí, Patricio era así. Medio manilarga, era lacho...', lo sabían todos y no lo paraban".
"Hay cosas que son bien inexplicables. Estos hechos fueron puestos en conocimiento del PPD hace muchos meses y no tuvimos noticias hasta unos días atrás cuando se generó el escándalo en la prensa", indicó, no descartando citar como testigos en el caso a algunos integrantes del partido.
"Estas cuestiones creo hoy que hay que mostrarlas y, al mismo tiempo, revisar nuestra legislación", manifestó, ejemplificando que "si una persona arriba del Metro realiza un tocamiento, debiera tener algún tipo de sanción".
El abogado especificó que "la querella va fundamentalmente por el tema de María Eugenia Soto, porque es el caso que no está prescrito".
Hermosilla explicó que las víctimas se acercaron a la Fundación para la Confianza, de la cual el jurista es integrante del directorio, y que se trata de "conductas muy simétricas, muy similares en el ámbito laboral, en el ámbito político, en el ámbito doméstico, en el ámbito familiar de gente que no tenía relaciones en ese momento de amistad ni nada por el estilo. De hecho, muchas de ellas no se conocían".
Indicó que en estas situaciones hay un patrón, donde "las melodías son las mismas, las actitudes son las mismas, se trata, además, de un patrón de abuso que rebasa el ámbito sexual, porque simplemente se trataba de humillar a personas y maltratarlas con un toque de género muy marcado".
