Chile no ha hecho progresos importantes en los últimos dos años en transparencia presupuestaria, según un reporte global e independiente realizado por la Open Budget Survey y dado a conocer este martes por la Fundación Ciudadano Inteligente.
El informe situó a Chile como el tercer mejor evaluado en transparencia presupuestaria en Latinoamérica, pero deficiencias en participación ciudadana y controles externos sobre el presupuesto demuestran que "aún queda mucho por avanzar en la materia", afirmó la Fundación Ciudadano Inteligente en un comunicado.
En medio de un clima de desconfianza ciudadana hacia los gobiernos, derivado de escándalos de corrupción sobre el uso de los dineros públicos, la Open Budget Survey 2017 (OBS) otorgó a Chile un puntaje de 57 sobre 100, en materia de transparencia presupuestaria, lo que dejó al país en la categoría de los que entregan "información limitada".
El estudio conducido por la International Budget Partnership (IBP) pone a Chile sobre la media mundial (42 puntos), pero por debajo de los dos líderes de la región (Perú, con 73 puntos y Brasil, con 77), que "entregan información considerable a la ciudadanía sobre el presupuesto del Estado".
El índice mide 109 indicadores de transparencia presupuestaria, que evalúan si el gobierno central pone a disposición de la ciudadanía ocho documentos clave en forma oportuna, y si estos presentan la información del erario público de forma útil y exhaustiva.
Severas deficiencias en términos de participación ciudadana
Pese a ocupar un tercer lugar a nivel regional, Chile "tiene severas deficiencias en términos de participación ciudadana, donde queda entre los cuatro últimos de Latinoamérica", por debajo de Brasil, Perú, Colombia, Argentina y Bolivia.
El reporte evidenció además una "deficiencia severa" en la vigilancia que ejercen las autoridades chilenas sobre el presupuesto, ya que no cuenta con una institución fiscal independiente que cumpla este rol.
Los resultados mundiales del estudio evidenciaron, por primera vez en la última década, que los avances en transparencia presupuestaria se estancaron a nivel mundial, lo que fue calificado de "preocupante en un contexto de creciente desigualdad, restricciones a la libertad de prensa y aumento de la desconfianza entre ciudadanos y sus gobiernos".