El periodista Cristóbal Peña, autor de "Los Fusileros", comentó en Cooperativa la carta publicada este fin de semana por la hermana del asesinado senador de la UDI Jaime Guzmán, Rosario, en que vinculó a Augusto Pinochet con la muerte del parlamentario.
A juicio de Peña, "existen evidencias y testimonios de que Pinochet fue advertido por la Dirección de Inteligencia del Ejército de ese entonces, particularmente por el general Hernán Ramírez Rurange, que era el jefe de la DINE, quien testificó ante el juez (Mario) Carroza que él le advirtió a Pinochet sobre el plan para matar a Jaime Guzmán".
"Pinochet fue advertido de este plan y esa advertencia nunca llegó a oídos directos de Jaime Guzmán, o Pinochet omitió esa información o la retrasó, pero el hecho de que hubo una maniobra que favoreció la ejecución de Jaime Guzmán, eso jamás va a poder ser comprobado, (porque) Pinochet no testificó en esta causa", afirmó el periodista en La Historia es Nuestra.
De acuerdo con su apreciación, "la muerte de Jaime Guzmán fue un muy buen negocio para Pinochet y para lo que permanecía del régimen. En ese entonces se estaba dando a conocer el Informe Rettig y el asesinato de Guzmán sirvió para acallarlo y para centrar el foco de atención en otro punto muy distinto a lo que era la corroboración institucional de las violaciones a los derechos humanos".
"Lo que más convenía a Pinochet en ese entonces era que rebrotaran y estuvieran activos los movimiento subversivos que habían operado desde los 80, eso le permitía validarse y significaba poner en cuestión y hacer tambalear la democracia", remarcó el también autor de "La Secreta Vida Literaria de Augusto Pinochet".
Peña sostuvo que "Pinochet siempre estuvo un poco al aguaite de cualquier flaqueza que demostrara la democracia y sin duda que el crimen de Guzmán fue una de las flaquezas más importantes que ocurrieron en ese entonces".
"No hay ningún antecedente que indicara, ninguna declaración, ninguna entrevista donde Jaime Guzmán fuera crítico de estos aspectos o mostrara alguna distancia de lo que fue la política de exterminio del Gobierno de Pinochet, o sea, en abstracto pudo haber tenido un punto de distanciamiento, pero en la práctica jamás condenó abiertamente al régimen", concluyó.