La senadora de la UDI Jacqueline van Rysselberghe salió al paso de una nueva filtración del caso Caval que, en esta oportunidad, salpicó al ex ministro Pablo Longueira.
Se trata, según Revista Qué Pasa, de la intercetapción telefónica que realizó el OS-9 de Carabineros al gestor inmobiliario Juan Díaz quien en una de sus conversaciones envía, a través de un tercero, un "recado" a Longueira y en seguida menciona que le habría encargado "raptar" a Gema Bueno y que "cagara" a Andrés Allamand.
La parlamentaria gremialista afirmó a Cooperativa que "cualquiera que está siendo investigado puede, con un poco de sentido común, suponer que su teléfonos están intervenidos".
Por lo tanto, añadió Van Rysselberghe, "muy probablemente las hizo para que tuviéramos este tipo de conversaciones".
"A lo mejor él está dolido con Pablo Longueira, desconozco por qué, pero no le daría más importancia de la que tiene", remarcó la senadora de la UDI quien añadió que si él efectivamente tiene alguna acusación que hacer, que la haga donde corresponda y no así con bravuconadas por teléfono".
Qué Pasa publicó extractos de un dossier del OS-9 de Carabineros con la transcripción de conversaciones telefónicas de Díaz. Los contenidos, según el mismo medio, "no han sido verificados ni tasados por el Ministerio Público, por lo que no hay ninguna prueba de su veracidad y son de su exclusiva responsabilidad".
En esa publicación es mencionada la propia Presidenta Michelle Bachelet quien pocas horas después salió al paso y, en tono enfático, acusó "una canallada" sin descartar "un montaje" y además anunció que estudia acciones legales.
La revista borró la mención a Bachelet y también la que apuntaba a Longueira.
Qué Pasa explica eliminación de fragmentos
Tras eliminar estos fragmentos, Revista Qué Pasa publicó una Nota del director en la que explica el motivo de haber borrado las "acusaciones graves contra terceras personas".
Allí informa que "aunque desde un principio se explicitó que esta es sólo la transcripción de las conversaciones telefónicas de un imputado en el caso Caval, registro que está en manos del fiscal de la causa, y que su veracidad no estaba en ningún caso acreditada, la dirección de esta revista ha determinado que la publicación de acusaciones tan graves no cumple con los estándares de este medio".
"Pedimos disculpas a los involucrados y a nuestros lectores por la confusión causada", concluye la nota.