Chile es el país de la OCDE en el que una parte más importante de sus habitantes considera necesaria la intervención del Gobierno para reducir unas desigualdades que perciben demasiado grandes, percepción que está en línea con la fractura real de los recursos.
En un informe publicado este jueves sobre la percepción de las desigualdades, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) considera esa demanda de una mayor redistribución consecuente con el nivel de desigualdad que viven los chilenos, el segundo más alto de todos los Estados miembros, solo por detrás de Costa Rica.
Los chilenos también están entre los que más querrían una fiscalidad más progresiva, es decir que los tipos impositivos sean mayores para los más ricos, y los autores del estudio lo consideran consistente con la situación allí.
Recuerdan que Chile se caracteriza por "un alto nivel de desigualdad de ingresos" pero también con un "nivel relativamente alto de persistencia de los ingresos entre generaciones", que indica "una baja movilidad social".
En el caso de la persistencia de las desigualdades entre generaciones, Colombia se lleva la palma de todos los miembros de la organización.
En consonancia con esa gran desigualdad de oportunidades que señalan las estadísticas, los chilenos tienen una fuerte percepción de ese fenómeno y cuando se les pregunta confirman la sensación de que los hijos de familias pobres seguirán siendo pobres una vez que sean adultos.
Los autores del informe señalan que globalmente en los últimos 30 años se ha agudizado en la OCDE la preocupación sobre las disparidades sociales conforme aumentaban las desigualdades económicas.