La alcaldesa de San Miguel, Érika Martínez -quien milita en Convergencia Social al igual que el Presidente electo, Gabriel Boric-, expresó su congoja luego de que el futuro Mandatario descartara tener su residencia oficial en ese municipio capitalino aduciendo temas de seguridad.
"El problema que tuvo el Presidente electo para llegar a San Miguel es que la Presidencia tiene exigencias muy difíciles de cumplir para la elección de su domicilio: que no existan edificios a 100 metros a la redonda, que tengan dos salidas en calles paralelas o incluso garitas de seguridad en su interior. Este tipo de viviendas existen casi exclusivamente en el sector oriente de la capital", señaló la jefa comunal comunal al diario El Mercurio.
"Nos queda la desazón de que en sector sur vuelve a ser segregado", se lamentó Martínez, quien valoró el interés inicial de Boric por mudarse a la comuna y convertirse en un vecino sanmiguelino.
"Quería, pero hay temas de seguridad en las casas. Estamos buscando todavía", fue la respuesta del todavía diputado por Magallanes a una persona que acudió hasta la denominada "La Moneda Chica", su centro de operaciones en Providencia, y qué le preguntó si se iría a vivir a San Miguel, un diálogo reproducido por CNN Chile.
"No hemos encontrado (casa). Quizás tenga que ser en otra comuna", agregó Boric.
Consultado si podría vivir en el sector cercano a "La Moneda Chica", el Presidente electo contestó un "no lo sé".
Boric, que con 35 años y más de 4,6 millones de votos es el presidente electo más joven y más votado de la historia chilena, vive de alquiler desde que dejó con 17 años su casa familiar en la austral Punta Arenas, en el extremo sur.
Es la primera vez desde el retorno a la democracia que un jefe de Estado no tiene casa en propiedad.
El pequeño departamento que arrienda con su pareja, Irina Karamanos, en el bohemio y turístico barrio de Bellas Artes, en el centro de la capital, se desechó inmediatamente porque no cumple los parámetros mínimos de seguridad como, por ejemplo, tener más de un acceso.
La sede de Gobierno, el Palacio de La Moneda, fue una de las opciones que barajó su equipo, pese a que lleva más de 70 años deshabitada como residencia oficial; una opción que el mismo Boric descartó en diciembre: "No están las condiciones y es importante separar el lugar de trabajo del lugar donde se duerme".