El gerente de Asuntos Públicos y Estudios Cuantitativos de Cadem, Roberto Izikson, afirmó que la baja aprobación pública del Presidente saliente Sebastián Piñera, a menos de tres meses de que concluya su Gobierno, está experimentando una recuperación que se inserta en un patrón que han registrado las últimas cuatro administraciones chilenas en la fase próxima a su epílogo.
El Jefe de Estado, que llegó al poder en marzo de 2018 para un segundo mandato no consecutivo con una aprobación de más del 50 por ciento, tocó suelo tras la ola de protestas iniciada en 2019 -el denominado estallido social- y registró su peor marca en febrero de 2020, con un 9 por ciento: el índice más bajo obtenido por un mandatario desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet en 1990, según Cadem.
Actualmente, ad portas de que entregue la banda presidencial al frenteamplista Gabriel Boric el próximo 11 de marzo y tras sortear dos intentos de la oposición por destituirlo, siendo la última la arista derivada de los Papeles de Pandora que lo involucró en un grave conflicto de interés, el último sondeo de la consultora, correspondiente a la tercera semana de diciembre, arrojó un 27 por ciento de aprobación y un 69 por ciento de rechazo a la gestión de Piñera.
"En Bachelet I (2006-2010), la recuperación ya se veía con claridad incluso en el tercer trimestre del año tres; Piñera I (2010-2014) se empezó a recuperar hacia finales del cuarto trimestre del año tres; Bachelet II (2014-2018) se empezó a recuperar el primer trimestre del año cuatro; y Piñera II (2018-2022) se empezó a recuperar hacia finales del año cuatro", dijo Izikson al diario La Segunda.
Dichas restauraciones tienden a coincidir, según el cientista político, "con el momento en que los gobiernos logran aprobar cambios que son emblemáticos", que, según él, en el caso del actual mandatario se vinculan con "la aprobación del matrimonio igualitario, a que el 80 por ciento respalda la forma en como el Gobierno está manejando la crisis del Covid, al plan de vacunación, y el IFE también tiene un efecto importante".
De acuerdo con Izikson, "lo que sí pasó y que no había ocurrido entre el 2010 y el 2014 es que durante el estallido social los atributos (de Piñera) que se vinieron abajo son los que eran su fortaleza: autoridad y liderazgo, capacidad para enfrentar crisis. Esos atributos estuvieron dañados durante mucho tiempo".
Se generó un daño "algo más estructural, más difícil de vencer a nivel de opinión pública. Lo que queda por verse es cómo han ido mejorando un poco, sobre todo el atributo de gestión de crisis, gracias a la gestión frente al coronavirus", indicó el encuestador.
Así las cosas, Izikson planteó que "la aprobación de Piñera, sin estallido social, podría estar perfectamente en 80 por ciento, si miras el plan de vacunación, el 80 por ciento de aprobación del IFE, la aprobación del matrimonio igualitario. La pregunta sería por qué (su aprobación) está en el 27 por ciento, si el plan contra el coronavirus en su gestión está en 80 por ciento", aseguró.
"Lo que pasa, en el fondo, es que hay un quiebre emocional con la figura del Presidente Piñera", reflexionó.