El Gobierno salió a rechazar este martes la idea del Partido Republicano de presentar una acusación constitucional contra el Presidente Sebastián Piñera una vez que su bancada de diputados electos asuma el 11 de marzo en la Cámara Baja.
Según reveló ayer La Tercera, la tienda que lidera José Antonio Kast, ex candidato presidencial y timonel del partido hasta el 1 de enero, evalúa que impulsar ese proceso sea una de las primeras acciones de su grupo parlamentario, apuntando a un "dejo de responsabilidad" del Mandatario y su Administración ante la violencia en la macrozona sur y la crisis migratoria que se vive en el norte.
"El Presidente le ha fallado a todos los chilenos", expresó el diputado electo Mauricio Ojeda.
Consultado al respecto esta mañana, el subsecretario del Interior, Juan Francisco Galli, criticó que "si algo hemos visto durante este período de Gobierno es la utilización de nuestra institucionalidad con fines exclusivamente políticos", enfatizando que se ha registrado "una cifra nunca vista de acusaciones constitucionales contra ministros y del Presidente de la República (ha enfrentado dos), por parte de una oposición que utilizó las acusaciones como un instrumento de daño político".
Por ello, "espero que ningún partido se preste para la irresponsabilidad de seguir con la mala práctica de acusación totalmente infundadas y que tienen un único y exclusivo fin de daño político", emplazó.
De acuerdo con la Constitución actual, se requiere el patrocinio de al menos 10 y máximo 20 diputados para ingresar unna acusación constitucional. La bancada de Republicanos logró 14 escaños en la Cámara Baja, por lo que, de acordarlo, podrían presentarla.
Una vez Piñera deje La Moneda, los diputados tienen un plazo de seis meses para impulsar un libelo acusatorio.
De todos modos, en el partido reconocen que es difícil que el eventual proceso prospere, sobre todo considerando que en el Senado -que en estos casos actúa como jurado- sólo cuenta con un escaño, que ocupará su timonel Rojo Edwards; y que es poco probable que tiendas de izquierda y centroizquierda se sumen a una iniciativa de Republicano, una colectividad que ha sido tachada de ultraderecha.
