La histórica dirigente pehuenche, Nicolasa Quintremán, de 73 años, fue encontrada muerta durante la mañana de este martes en el lago artificial Ralco, tras haber permanecido desaparecida desde este lunes.
Su cuerpo fue hallado en las aguas del lago creado luego de la instalación de la central ubicada en el Alto Biobío.
Según los primeros antecedentes, Quintremán habría caído de forma accidental a las aguas del embalse debido a sus problemas de visión.
La dirigenta fue una de las principales opositoras a la construcción de la hidroeléctrica Ralco en 1995.
Se entregaron los antecedentes a Carabineros y al Ministerio Público, y el fiscal de Alto Biobío, Carlos Díaz, autorizó el retiro de los restos, que fueron trasladados hasta el Servicio Médico Legal para la autopsia de rigor y para confirmar las causas de su muerte.
En tanto, el alcalde de Alto Biobío, Nivaldo Piñaleo, decidió decretar duelo comunal debido, justamente, a lo emblemático que resulta la figura de Quintremán.
El jefe comunal instó a los habitantes del sector a estar preparados ante lo que serán los ceremoniales que se van a desarrollar respecto de la despedida al estilo mapuche pehuenche de la dirigente.
La relación entre Nicolasa y Ricardo Lagos
Respecto a este caso, el analista político Ernesto Ottone recordó en conversación con Cooperativa la lucha social y la figura de Nicolasa Quintremán, además de su relación con el ex Presidente Ricardo Lagos, asegurando que "la importancia que tiene su figura es precisamente que hoy ha cambiado completamente para el futuro las formas de cómo se va a realizar el negocio energético en Chile".
"Hoy ya no basta con tener un proyecto y cumplir una cierta legislación, sino que es necesario ver qué pasa con todo el tejido social, ambiental, las tradiciones, etcétera; y en eso ella significó un primer momento de cambio de rumbo en ese sentido", manifestó.
Indicó que "afortunadamente la capacidad que tuvo el Presidente (Ricardo) Lagos en aquel momento fue de entender este fenómeno y de entender la necesidad de escucharlas (a Nicolasa y su hermana Berta), de negociar con ellas y de ver las formas de cómo esto se podría dar".
Lagos "tenía una particular sensibilidad frente a esto, por eso no es por casualidad que él haya alcanzado ese nivel de popularidad incluso en momentos que eran difícil, porque realmente sentía que tenía que darle respuesta a la gente y a la gente más sencilla".
"Cuando ella lo estaba esperando, ella era muy dura, peleadora en la negociación y me acuerdo que una vez decidió llevarse las cucharitas del té, que la había invitado tomar once el Presidente, en recuerdo de aquel momento en La Moneda", recordó Ottone.
"Muestra también que éste es un fenómeno que no pueden llevar las empresas solas, sino que se requiere una opinión pública, ciudadana, que pueda dar lugar a que exista un debate que se realice fuera de la pura racionalidad económica", señaló.
Ottone aseveró que entre Nicolasa y Lagos "se dio una buena relación, finalmente las cosas se pudieron resolver y la empresa tuvo que comprender que tenía que llegar a acuerdo".