Un grupo de 104 familiares pehuenche acudió a la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales, del Ministerio de Relaciones Exteriores, para exigir que ENEL se haga cargo de las consecuencias de la inundación de un cementerio indígena en la Región del Biobío que provocó una central hidroeléctrica de la empresa.
Fue en 2004 cuando la planta de Endesa, hoy ENEL, inundó con el lago Ralco el camposanto Quepuka Ralco en territorio de comunidades pehuenche en Alto Bíobío.
Ante la falta de respuesta que aseguran sufrir, presentaron una queja en la Direcon contra la compañía y el gobierno italiano por, a su juicio, no cumplir con las directrices de la OCDE.
Piden asimismo que ENEL se haga cargo del rescate de los cuerpos del camposanto, consiga terrenos para inhumar, ofrezca disculpas públicas en un diario de circulación nacional y les otorgue una indemnización por daños morales.
"Hay algunos reclamantes que tienen a sus hijos, a sus padres, hermanos, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos (en el cemnterio). Endesa, hoy ENEL, tenía la obligación de hacer el retiro de los cuerpos, exhumados y luego inhumados de una forma adecuada. No se hizo, no cumplió la ley chilena, le faltó el respeto a las comunidades y nunca solucionó el problema", explicó el abogado de las familias, Álex Quevedo.
ENEL asegura que hubo acuerdo en 2017
Desde ENEL Chile, la gerenta de Sostenibilidad, Antonella Pellegrini, aseguró que "a principios de 2017 se cerró un acuerdo importante que sana ese evento con las familias impactadas por esa inundación. El acuerdo fue importante porque también fue la instancia de las disculpas públicas a las comunidad y familias".
Sin embargo, las familias apuntan que el acuerdo de la firma fue con otra persona y no los representa; y advirtieron además con iniciar acciones judiciales en Chile en caso de no prosperar la queja.