El obispo de Temuco Manuel Camilo Vial comentó en El Diario de Cooperativa que las peticiones de los presos mapuches que se encuentran en huelga de hambre es vaga ya que comprende exigencias muy amplias.
"Es una huelga de hambre con una finalidad tan en general, tan vaga, con tantos temas tan amplios que es prácticamente imposible darle solución a todos esos temas, por eso hay que entrar a un diálogo, a una conversación", sostuvo Vial.
Los presos políticos que se mantienen bajo esta medida de presión en las cárceles de Concepción, Temuco, Valdivia y Lebu exigen a las autoridades poner fin a la aplicación de la ley antiterrorista en sus causas, la libertad de todos los presos políticos y que no sean procesados en la justicia militar, sino que sólo en la civil.
Los mapuches además, exigen el encarcelamiento inmediato de los testigos protegidos que se encuentran confesos de delitos investigados por la fiscalía y cuyas declaraciones mantiene presos a comuneros mapuches.
Esta situación fue corroborada por los medios locales, donde una persona que aseguró ser un testigo protegido comentó que el Ministerio Público le paga 100 mil pesos y que además le facilitaron 12 millones de pesos para la adquisición de un predio.
Ante ello, el director del Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi), Francisco Painepán, informó que "estoy estudiando todos los casos que han ocurrido anteriormente y sobre eso no me puedo hoy día referir, tengo que ver cada una de esas cosas, pero no soy partícipe de ese hecho".
Mediación
El obispo Camilo Vial comentó que está dispuesto a mediar, siempre que los presos se lo pidan, pero aseguró que éstos "están bastante ideologizados"
"En esta oportunidad a mí no me han pedido ninguna participación, pero en general yo siempre me he mantenido en contra de las huelgas de hambre porque creo que es un método de presión que impide que se pueda realizar un diálogo", comentó el religioso en Cooperativa.
Sin embargo, aseguró que "hay que comprender que los sistemas de justicia a veces son muy lentos y a veces, podría yo hasta decir que son malos porque hace que las personas se irriten al final por el tiempo que se van demorando todas las cosas", por lo que "uno comprende que en la desesperación tomen medidas que no son normales".