El Servicio Nacional de Aduanas incautó tres lingotes de oro y 169 anillos del mismo material avaluados en más de 279 millones de pesos en Quillagua, en el límite de las regiones de Tarapacá y Antofagasta.
El contrabando, detalló el organismo, era transportado por un ciudadano boliviano al interior de un automóvil desde Iquique a Calama.
El director de la Aduana de Iquique, Cristian Molina, señaló que durante la inspección a un automóvil Hyundai Acent, del año 2015 y conducido por B.A.L. (25), se detectó que en el asiento trasero había tres barras de oro escondidas y cuyo peso total fue de 6 kilos 640 gramos.
Adicionalmente, tras ello también se halló en la chaqueta del conductor una bolsa con 169 anillos de oro de distintos tamaños.
Al ser entrevistado, el conductor indicó que las barras de oro se las entregó su hermana en Cochabamba, Bolivia, y fueron ingresadas en forma clandestina a Chile por el paso no habilitado de Pisiga Choque. En Iquique las mezcló con cobre que obtuvo de recortes de su trabajo con cables de alta tensión y su objetivo era llevar todo el material hasta Calama.
Molina explicó que los hechos configuran el delito de contrabando debido a que se trata de una mercancía extranjera sin documentación y que estaba oculta, por lo tanto, se pretendía burlar el control aduanero y evadir impuestos.
El valor aduanero de los tres lingotes de oro se calculó en 265.600.000 pesos y su evasión en 111.658.230, mientras que el valor aduanero de los aros llegó a 14.339.996 pesos con una evasión estimada de 6.488.772.