El aumento de los campamentos, especialmente en la Región de Antofagasta, es una realidad que se explica, entre otros factores, por la inmigración en condiciones de vulnerabilidad y el alto precio de las viviendas.
El escenario ha provocado que miles de personas vean la ocupación irregular como una alternativa para tener su hogar.
Bien lo saben las 5.781 familias que viven en los 63 campamentos que hay en Antofagasta; cifra que ubica a esta ciudad, junto a Viña del Mar, como las que tienen más asentamientos ilegales en el país.
Estos campamentos se han instalado, en muchas ocasiones, en terrenos que el plan regulador comunal tiene catalogados como "zona no edificable" por presentar variados riesgos que pueden ser tanto naturales (inundaciones y aluviones) como humanos (incendios, cercanías de basurales o torres de alta tensión).
El subsecretario de Vivienda, Guillermo Rolando, indicó que a partir de estos factores se elaboró un plan donde los 63 asentamientos catastrados en Antofagasta fueron divididos en tres categorías de riesgo: alta, baja y media.
"Para que alguien esté preparado debe estar informado de sus riesgos. Por lo mismo, se explicará a los habitantes de cada campamento bajo qué riesgo están sujetos... Se empezará a trabajar en las zonas seguras o de evacuación, poner señalética en los campamentos", indicó el subsecretario a Cooperativa Regiones.
Sin embargo, la autoridad fue enfática en señalar la necesidad de que estos planes de seguridad vayan de la mano con soluciones habitacionales definitivas. Por esto, dijo, se están buscando terrenos en Antofagasta para levantar viviendas finales.