Luego de que la pena por sus condenas les fuera sustituida por la expulsión del país, ocho personas fueron retirados ayer de la Cárcel de Acha, en Arica, y trasladados hacia el control fronterizo de Chacalluta, donde una vez en la frontera entre Chile y Perú fueron entregados a las autoridades de su país.
La medida forma parte del operativo de expulsión que impulsa el Gobierno de Chile, que en esta oportunidad ha deportado un total de 77 extranjeros, los que han sido trasladados hacia los controles fronterizos de Colchane y Chacalluta, donde 69 bolivianos y 8 peruanos han sido puestos a disposición de las autoridades de sus países de origen.
"La labor de la PDI es acompañar y custodiar a estos extranjeros quienes, por resoluciones de tribunales, presentan órdenes de expulsión vigente. Una vez en frontera, son entregados a las autoridades de su país. A Chile no pueden retornar dentro de los próximos 10 años, y si son sorprendidos nuevamente en el país, deberán volver a cumplir la pena que se les conmutó", señaló el jefe subrogante de la Prefectura de Extranjería y Policía Internacional Arica, subprefecto Claudio Aburto.
Los expulsados en su gran mayoría han cometido delito de tráfico de drogas, pero hay también por antecedentes de violación, receptación y robo. Con esto, a la fecha, cerca de 1.200 extranjeros en los que va de 2018 han sido expulsado de Chile y puesto a disposición de la ley en sus países.