Ambas especies se encuentran amenazadas en el desierto más árido del mundo, en parte fundamental por la acción del hombre.
La Seremi de Medio Ambiente de la Región de Atacama lanzó una consulta ciudadana para la "Recuperación, Conservación y Gestión" de la chinchilla de cola larga y la "Garra de León", una de las flores más hermosas del desierto florido.
"La consulta pública en ambos procesos se inició el martes 25 de septiembre y se extenderá por 30 días hábiles, hasta el día 9 de noviembre del 2018", dijo el seremi Francisco Escobar, quien explicó que ambas especies se encuentran amenazadas, y llamó a los ciudadanos a visitar la página del servicio para participar.
La "Garra de León" es una planta endémica que se encuentra en el desierto costero de Atacama, especialmente en las quebradas entre la Localidad de Totoral y el Puerto de Huasco, y tiene tallos carnosos que se extienden por el suelo buscando el contacto con la tierra.
La planta sólo se desarrolla cuando su tubérculo ha recibido la suficiente cantidad de agua producto de las lluvias invernales, y se encuentra en categoría de conservación "En Peligro".
Por su parte, la Chinchilla de Cola Corta, está clasificada oficialmente en "Peligro Crítico" debido a las constantes amenazas que enfrenta.
Dentro de éstas destacan: la exploración y prospección minera, las construcciones como líneas de alta tensión, acueductos, carreteras y caminos; la perturbación asociada al ruido producto del tránsito de vehículos y las perturbaciones por perros no controlados y liebres que interactúan con la fauna silvestre, por medio de la depredación, competencia y transmisión de enfermedades.
La Chinchilla de Cola Corta es un roedor de tamaño mediano que mide entre 30 a 38 centímetros de cabeza a tronco, y la cola representa el 25 por ciento de su longitud total, con un peso de 500 a 850 gramos, en estado adulto.
Es una especie herbívora, de actividad nocturna y crepuscular. Habita estepas de altura, terrenos escarpados y rocosos entre los 3.500 y 5.000 metros sobre el nivel del mar, con escasa materia orgánica, dominadas por vegetación semiarbustiva, xerofítica y baja, en laderas de cerros, ya sea con pendiente abrupta o con rodados.
