Cristián Tapia afirmó que hubo anomalías que permitieron la crisis ambiental.
“Pasaron meses sin fiscalizaciones”, reclamó en Cooperativa el jefe comunal de Vallenar.
El alcalde de Vallenar, Cristián Tapia (independiente), exigió este miércoles la renuncia de los seremis de Salud y Medio Ambiente de Atacama por sus responsabilidades en la crisis ambiental generada en Freirina a causa de los malos olores en la planta de Agrosuper.
"Los seremis de Salud y Medio Ambiente no hicieron su trabajo como correspondía. Hubo varias anomalías y mentiras a la comunidad. Deberían salir de sus cargos inmediatamente", expresó el alcande en conversación con El Diario de Cooperativa.
Su crítica principal apunta a la autoridad de Salud: "Lamentablemente cuando se trata de cerrar restaurantes pequeños, de gente de trabajo, los cierran inmediatamente por un disipador de jabón, por una malla en el patio. Aquí se persigue a los chicos y se deja funcionar a los grandes".
Tapia también fustigó duramente a la ministra de Medio Ambiente, María Ignacia Benítez, quien trabajó en la empresa que hizo el estudio de impacto ambiental que aprobó la planta de Agrosuper, aunque ella afirma que no tuvo que ver con ese proceso.
"A lo mejor no fue la evaluadora del proyecto en un ciento por ciento, pero había una relación de la empresa en la que ella trabajaba con la empresa Agrosuper. Dejémonos de no decir las cosas como corresponden. La gente necesita que las autoridades sean transparentes. Cuando sale la ministra diciendo que se va a hacer una reevaluación de dónde están los problemas, ella tiene claro dónde están los problemas, porque fue parte de la empresa", declaró el jefe comunal.
La autoridad valoró el cierre de la planta y la declaración de alerta sanitaria, aunque opinó que se reaccionó tarde de parte de la autoridad, pues pasaron "meses" sin fiscalizaciones.
"No debió aprobarse"
El ex director de la Conama de Atacama, Plácido Ávila, afirmó que su organismo se opuso al proyecto de Agrosuper en 2005. "A nuestro juicio no cumplía con los requisitos de información que pudieran demostrar que el proyecto se hacía cargo de todos los impactos ambientales que pudieran producirse. El nuestro fue el único voto en contra de la aprobación. En los terminos en los que se presentó, no debió aprobarse".
El veterinario Íñigo Díaz explicó que los efectos del traslado serán molestos durante un largo tiempo para los habitantes de Freirina: "Vivirán en un ambiente que va a sufrir un quiebre de contaminación ambiental, no solo por los olores de los cerdos y sus desechos, sino porque van a producirse efectos por el mal manejo de los cadáveres. Eso significa la posibilidad de que haya contaminación de las napas de agua u otros elementos".
