Se construyó la obra gruesa del proyecto de Adición de Carga Fría, que estará operativo durante marzo.
Los trabajos significaron una inversión total cercana a los 15 millones de dólares.
Las obras proyectan un 96% captura emisiones en marzo 2020.
La Empresa Nacional de Minería (Enami) finalizó la mantención anual programada de la Fundición Hernán Videla Lira, emplazada en Paipote, luego de 24 días de trabajos continuados y gracias al esfuerzo de más de 800 trabajadores y contratistas.
Con estos trabajos, la compañía busca dar mayor sustentabilidad a las instalaciones que cumplieron 68 años al servicio de la pequeña y mediana minería de la Región de Atacama.
REINICIO | Tras 24 días de trabajos continuados y gracias a compromiso de + de 800 trabajadores y contratistas, finalizó mantención anual programada de Fundición HVL #Paipote👍🏼Obras proyectan mayor #sustentabilidad con 96% captura emisiones en marzo 2020 #ENAMIAvanza #ENAMI60Años pic.twitter.com/udoPQnZihI
— ENAMI (@ENAMIChile) February 3, 2020
La actual campaña, que se extenderá por 18 meses –hasta junio de 2021-, significó una inversión de 10 millones de dólares, a la que se suman los cinco millones de dólares destinados para la ejecución de la obra gruesa del proyecto de Adición de Carga Fría.
Esta innovación permitirá a la estatal proyectar un 96 por ciento de captura emisiones de dióxido de azufre (SO2), superando el 95 por ciento que exige la actual normativa ambiental.
"Lo que queremos es que la fundición opere con mejores estándares. En ese sentido, optimizamos los equipos de limpieza de gases y la infiltración en los sistemas de manejos de gases, de forma que sean más eficientes en la captura de gases fugitivos y en los gases de procesos", comentó el gerente de Fundición, Marcelo Bustos.
"Con la mantención obtuvimos un tremendo avance. La idea es que podamos conseguir uno o dos puntos de captura de gases, que es bastante", indicó el ejecutivo.
Trabajos "delicados y de alto riesgo"
Sobre el proyecto de innovación de Adición de Carga Fría, el ejecutivo detalló que se trata de un puente que atraviesa la nave de conversión, mecanizando el sistema de alimentación a los convertidores Pierce-Smith (CPS), amortiguando emisiones puntuales generadas en el proceso.
"Los trabajos significaron una maniobra delicada y de alto riesgo que incluyó, entre otras cosas, el uso de una grúa de 400 toneladas; algo bastante inédito para la fundición", dijo.
La fase de mantención programada obligó a trabajadores y contratistas a realizar faenas con temperaturas que bordearon los 40 grados Celsius. No hubo accidentes que lamentar.
