La obra tiene un costo total estimado en 250 millones de dólares.
Su entrega está prevista para junio del 2020.
La planta beneficiará a más de 220 mil personas de las comunas de Chañaral, Caldera, Copiapó y Tierra Amarilla,
Un 80 por ciento de avance exhiben las obras de la planta desalinizadora de agua de mar en Caldera: la más grande que se construye en Chile para consumo humano.
El proyecto, en sus tres etapas, tiene un costo total estimado de 250 millones de dólares.
El Estado comprometió el financiamiento de la primera fase de la planta desalinizadora mediante la capitalización de Econssa Chile, por un monto de 158 millones de dólares, lo que significa que no habrá recargos en las cuentas de los consumidores.
"Nuevas fuentes"
En el contexto de la crisis hídrica que afecta a gran parte del país, la obra fue supervisada por las autoridades regionales y comunales. Éstas afirman que la cuenca del Río Copiapó cuenta con agua disponible para las actividades agrícolas y el consumo humano hasta mediados del próximo año.
Sin perjuicio de ello, "nos interesa tener nuevas fuentes de agua, y mucha agua dulce que tenemos se pierde en el mar", afirmó el intendente de Atacama, Patricio Urquieta.
"En Chile contamos con una gran extensión territorial de costa, que nos permite encontrar estas nuevas fuentes", razonó la autoridad.
En tanto, el gerente general de Econssa, Patricio Herrera, señaló que se proyecta "el término de la desalinizadora para el mes de junio del año 2020”.
El proyecto beneficiará a más de 220 mil personas de las comunas de Chañaral, Caldera, Copiapó y Tierra Amarilla, donde hoy existe un agotamiento y deterioro de los acuíferos y una consecuente crisis hídrica.
Brunilda González, alcaldesa de Caldera, valoró que "el Estado de Chile, durante tres gobiernos, tomó una adecuada decisión política, que hoy nos permite enfrentar esta crisis hídrica que amenaza a tantos chilenos a lo largo de nuestro territorio nacional".
