Según el director del establecimiento, no hubo robos sino solo daños causados por desconocidos durante la madrugada.
La escuela Baquedano de Coyhaique se vio obligada a suspender sus clases este lunes luego de que el recinto fuera objeto de destrozos durante la madrugada, los que fueron descubiertos por funcionarios a llegar para iniciar la jornada estudiantil.
El director del establecimiento, Carlos Trommer, indicó al medio El Divisadero que "al llegar se hizo el llamado a Carabineros. Más que sustraer cosas, hubo destrozos en oficinas. Lo grave y delicado, además de que hayan entrado a robar, es que en la cocina se hicieron varios destrozos y sacaron alimentos que ni siquiera se llevaron, alimentos que ya están en descomposición porque perdieron la cadena de frío".
De acuerdo a los primeros antecedentes, no se registraron robos de equipamiento multimedia, sino principalmente daños, lo que denota que "más que una necesidad, es una maldad", indicó Trommer.
"Contábamos con cámaras de seguridad, pero hace un tiempo se descompusieron. Estábamos en proceso de volver a activarlas o poner cáramas nuevas, pero esto nos pilló antes. Tendremos que, junto al SLEP, buscar las instancias para apurar este proceso. El Centro General del Padres está viendo cómo apoyar y hacer esto más rápido", señaló el director.
Lo más lamentable, en este caso, según Trommer, es "el hecho de que no hayamos podido tener clases normales. Nuestros estudiantes llegaron y afortunadamente tuvimos la empatía y apoyo de todos nuestros padres y apoderados que pudieron venir a buscar a sus niños y llevarlos de vuelta a sus casas. Lo más lamentable es que ellos se queden sin venir a clases. No es que sea la comida del día para ellos, sino que son lugares de esparcimiento, son los últimos días de clases, en muchos casos habían organizado actividades para hacer de estos días algo más afable".
