La sonda de exploración que pretendía dar con el fondo de la mina Delia 2, de la Compañía Minera Cerro Bayo Limitada, en la comuna de Chile Chico, Región de Aysén, donde se encuentran dos trabajadores atrapados, no alcanzó el punto esperado, desviándose cuando llegó a los 220 metros de profundidad.
La información se dio a conocer la tarde de este lunes en una reunión entre el gerente general de la empresa, Stuart O'Brien, autoridades regionales y de Gobierno y las familias de Enrique Ojeda y Jorge Sánchez, los mineros atrapados desde la madrugada del viernes al interior del yacimiento.
"La obra de más interés de hoy era la perforación por calado diamantino que empezó el sábado en la noche, pero esa sonda no llegó al blanco. Hubo una desviación. Esas sondas siempre desvían, nadie puede perforar una sonda recta, en ningún lado, pero el grado de desviación en este caso era mayor al blanco donde tenía que llegar", explicó O'Brien.
En la misma línea, la intendenta de Aysén, Karina Acevedo, detalló que "este primer intento fue fallido, nos ha notificado la empresa, pero como Gobierno (tenemos) la mejor disposición de seguir colaborando. Llegó una segunda máquina de sondaje con expertos, hay profesionales que llegaron para colaborar al máximo con la empresa".
La familia de Jorge Sánchez se trasladó hasta Chile Chico para seguir de cerca las faenas de rescate y Andrés, su hermano, entregó su testimonio.
"Yo conversé con los mineros, como fueron mis compañeros, ellos me contaban que este cerro ya se estaba goteando hace rato, hace dos o tres semanas atrás, así que tenían que haber hecho alguna maniobra para que esto no hubiera ocurrido", manifestó.
Respecto al refugio, el hermano de uno de los mineros dijo que "por dentro tiene baños, toallas, frazadas, oxígeno, comida, agua, luz y la esperanza está en que ellos estén vivos".
"La esperanza es lo último que se pierde"
Mientras que la madre de Sánchez, Guadalupe Martínez, expresó que "aquí estamos esperando qué pasa, ansiosos para que a mi hijo lo saquen rápido. Exigimos nosotros que la empresa que nos dé la cara, pensando que mi hijo está tantos metros bajo tierra y aquí con los chicos sufriendo, con mis hijos".
"No duermo, no como, lo único que quiero es que salga mi hijo rápido y haya más ayuda", indicó, añadiendo que no se ha actuado con la velocidad que esperaban, porque "las horas pasan, los días pasan y no hay palabras para decir la espera de estar cómo estamos nosotros".
La mujer expresó que "la esperanza es lo último que se pierde, pero derepente flaqueo".
La empresa informó, además, que continuarán las faenas a través de nuevos sondajes que permitan conocer el estado actual de los niveles inferiores de la mina, esperando llegar a la cota 50, lo que son unos 205 metros de profundidad.
Además, otra línea de trabajo es la construcción de dique que busca detener el ingreso de agua a la mina, así como también el uso del robot "Diávolo 3" para evaluar la fisura que provocó la inundación de la mina.