Los hechos denunciados ocurrieron a mediados de los 90 en Puerto Cisnes, cuando la víctima tenía ocho años de edad.
La Fiscalía y la Iglesia investigan los delitos denunciados.
Este martes en Coyhaique se anunció la presentación de una tercera querella contra el sacerdote Porfirio Díaz, prebistero que actualmente es investigado por la Fiscalía y la Iglesia Católica por tres delitos de abuso sexual ocurridos en distintas épocas y lugares de la región de Aysén.
Según lo expuesto por las denunciantes, los hechos ocurrieron a mediados de la década del 90 en Puerto Cisnes cuando la víctima, de ocho años, habría sufrido tocaciones por parte del sacerdote.
"Tratándose de un depredador sexual de las características del presbítero Porfirio Díaz, la reiteración de los delitos en distintos periodos a lo largo de su carrera -desde que era seminarista en adelante- y su marcado modus operandi oculto tras las sotana, estimamos que podría haber decenas de víctimas y sobrevivientes del abuso en cada una de las localidades" señaló la primera denunciante, María Fernanda Barrera.
De acuerdo a los antecedentes planteados por las denunciantes, el sacerdote ejerció en 17 localidades de la región de Aysén y realizaron un llamado a las posibles víctimas a denunciar.
"Como sobrevivientes de estos ataques, sabemos que el silencio sólo protege a los abusadores y que al romperlo nos liberamos, porque les devolvemos los estigmas, la culpa, la confusión y el horror en que sus abusos nos encerraron desde pequeñas", agregó Barrera.
Uno de los grandes problemas en la búsqueda de justicia es la prescriptibilidad de los delitos, aunque la abogada Betsabé Carrasco señaló que están seguras que existen otros casos que podrían haber ocurrido dentro del periodo que aún permite la persecución penal.
"Nosotras tenemos la certeza de que hay otras víctimas que podrían hacer su denuncia el día de hoy y esos delitos por ejemplo no estarían prescritos. Ese es el llamado, que puedan haber más denuncias y que se pueda acreditar una conducta reiterada en el tiempo de esta persona", indicó la representante legal de las víctimas.
En la misma linea Barrera agregó que "denunciar es una acción directa contra la pedofilia; es hacerle difícil el camino al abusador en su carrera de depredar inocentes; es desnaturalizar el abuso".
La preinvestigación canonica realizada en Aysén determinó que existían fundamentos para dar credibilidad a las denuncias presentadas por las tres víctimas, antecedentes que fueron remitidos en 2018 al Vaticano.
