Jorge Luchsinger Mackay, hijo de Werner Luchsinger y Vivian Mackay, matrimonio que murió tras un ataque a su casa de Vilcún por el cual el único detenido es el machi Celestino Córdova, afirmó que mientras él viva esas tierras nunca van a ser de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi).
Entrevistado a casi seis meses del crimen de sus padres, que se produjo el 4 de enero, cuando un grupo de personas asaltó el predio e incendió la casa donde el matrimonio vivía, el abogado dijo a La Tercera que desea que "finalmente se condene a todos los que participaron directa e indirectamente en el crimen".
"Mientras yo viva, esas tierras no van a ser nunca de la Conadi, porque no es posible que estos violentistas que asesinaron a mis papás se vayan a vivir ahí", afirmó tajantemente.
Ante las posibles penas para Celestino Córdova, afirmó que "en este caso, mi papá dejó a un herido a bala dentro del campo y mi mamá dejó una grabación de lo que estaba pasando. Con esto, y las otras pruebas que tenemos, si a esta persona no se le condena a cadena perpetua, quiere decir que el sistema no va a funcionar para ninguna víctima".
También criticó lo que considero beneficios para el procesado: "Como familia nos extrañó, cuando se hizo la formalización, que él no apareciera como cualquier detenido, con una chaqueta amarilla y esposado como corresponde a un presunto asesino. No sé qué ventajas tiene él para aparecer con una investidura especial, sin estar esposado y, además, desafiante".
"No entiendo por qué Gendarmería le da beneficios a esta persona. A uno lo que le da más impotencia es que esto, extrañamente, sobresale cuando hay ceremonias especiales y los organismos de derechos humanos saltan a defender a estas personas; no así los derechos de todas las víctimas que han sido vulnerados por tanto tiempo", agregó.
En cuanto a sus temores, Luchsinger afirmó que "yo lo he afrontado hasta ahora, pero hay un tema familiar que uno tiene que sopesar. Yo vivía en Santiago y nos vinimos a la región para cambiar de calidad de vida. Evidentemente, la calidad de vida no es la misma, porque mis hijos no pueden andar solos en el campo".