El Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Temuco sentenció a 12 años y 301 de cárcel a un hombre que intentó matar a su hija asfixiándola con una técnica de krav maga, sistema de combate y defensa personal de origen israelí.
El sujeto, identificado con las iniciales M.P.A.V., fue condenado por los delitos de parricidio frustrado y de amenazas simples, en un fallo que también contempla las penas accesorias legales de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos, inhabilitación absoluta para profesiones titulares y suspensión de cargos u oficios públicos.
El TOP de la capital de La Araucanía dio por acreditado, más allá de toda duda razonable, que 5 de marzo de 2023, alrededor de las 17:00 horas, "el condenado, en el hogar común ubicado en Temuco, discutió con grupo familiar y amenazó a una de sus hijas, tras lo cual abandonó la vivienda a bordo de su automóvil y regresó alrededor de las 22:00 horas, en estado de ebriedad".
De vuelta en la casa, "procedió a retomar la discusión e intentó agredir a los perros de la familia, lo que provocó la reacción de dos de sus hijas, por lo que el imputado amenazó a una de ellas de muerte".
"Posteriormente, cuando se dirigían al segundo piso, M.P.A.V. abordó a una de ellas por la espalda y, con intención de darle muerte, le rodeó el cuello con un brazo, lo que provocó que la víctima comenzara a ahogarse, acción que depuso tras la intervención de otra de sus hijas", estableció el fallo.
La fiscal Claudia Turra apuntó el hombre trató de "dar muerte a su hija utilizando el conocimiento que tenía de una técnica de defensa personal conocida como krav maga: en la utilización de esta técnica, el imputado utilizó una llave que le permitió, con su brazo, rodear el cuello de la víctima y de esta manera asfixiarla".
"La intervención de una tercera persona, de una hermana de la víctima, que también tenía conocimiento de esta técnica, pudo intervenir y de esta manera frustrar el ilícito", puntualizó la persecutora.
Tras la agresión, agregó el tribunal, "M.P.A.V. nuevamente abandonó la vivienda y regresó alrededor de la una de la madrugada del día siguiente en estado de ebriedad conduciendo su automóvil, lo que fue observado por personal de Carabineros que había concurrido al lugar, procediendo la policía a su detención".
En ese procedimiento policial, el agresor "se negó a la prueba respiratoria y a la toma de muestra de sangre para el correspondiente examen de alcoholemia", constató la sentencia.
Por ello, también fue condenado a 61 días de presidio, la suspensión de la licencia de conducir por dos años y el pago de una multa 2 UTM por el delito consumado de conducción en estado de ebriedad; y a la suspensión de licencia de conducir por 7 días y el pago de 3UTM por negarse a la prueba científica para determinar el nivel de alcohol en la sangre.