La empresa Pasmar, dueña del proyecto Mall Paseo Chiloé, defendió la construcción del centro comercial luego de que se conocieran el informe de expertos de la Unesco que concluyó que el recinto genera un "impacto negativo" sobre la Iglesia San Francisco de Castro, declarada Patrimonio de la Humanidad, y que podría llevar al organismo a "considerar la posible inscripción del bien en la Lista de Patrimonio Mundial en Peligro".
El gerente de Asuntos Corporativos de Pasmar, Lorenzo Miranda, dijo que ésta ha estado "siempre en contacto con las autoridades y la comunidad local, con la finalidad de lograr la ejecución de un proyecto ajustado a la normativa" y subrayó que "jamás situó su proyecto dentro de una zona protegida. Muy por el contrario, se alejó razonablemente del sitio patrimonial definido en los planos de Unesco, tal como lo reconoce el propio informe", consigna el diario La Tercera.
Unesco exigió a Chile adoptar medidas antes de febrero de 2015.