Doce comunas de la Región del Ñuble, que tuvieron diversos grados de afectación tras el paso del sistema frontal, quedaron con un total de 171 viviendas anegadas, según el catastro final de las autoridades.
Las primeras ayudas fueron canalizadas por la Onemi para las familias afectadas de la ciudad de Bulnes tras el anegamiento de 76 viviendas, las cuales en su mayoría ya recuperaron su condición de habitabilidad.
En respuesta a los daños percibidos por los habitantes, el municipio ha distribuido a las familias damnificadas: colchones, ropa de cama, carbón, cajas de alimentos y kits de aseo.
La gobernadora de la Provincia de Diguillín, Paola Becker, explicó que "en la comuna de Bulnes, que tuvo una afectación importante con cortes de puentes, vías colapsadas, un buen número de personas afectadas con inundaciones, se levantó la alerta amarilla y se hicieron levantamientos sociales de ayuda que se concretaron el día de hoy".
Por lo tanto, "estamos entregando ya el informe Alfa, que son las que originan los recursos regionales en términos de emergencias, y estamos haciendo la entrega en conjunto con la municipalidad", añadió Becker.
En tanto, la Onemi declaró alerta azul producto del aumento del caudal del Río Itata para prevenir problemas ante posibles desbordes.
Según la gobernadora de Itata, Rossana Yáñez, el caudal está sobre lo normal, pero llamó a mantener la tranquilidad ya que se podrán tomar a tiempo las medidas necesarias ante cualquier emergencia.
De acuerdo al catastro provincial de Itata, hay doce viviendas inhabitables en Quirihue y las familias se encuentran en albergues locales recibiendo la asistencia de las autoridades municipales.
En cuanto al corte del suministro eléctrico, hay 11 viviendas sin energía en Cobquecura, una en Coelemu y dos en Ninhue.
Actualmente las autoridades están evaluando la suspensión de clases en la próxima semana.