La mayor afectación se encuentra en los sectores Los Puquios, Navidad, San Isidro y Santa Margarita.
Desde Indap sostienen que la principal afectación es la pérdida de cercos y la quema de rastrojos.
Hasta ahora el siniestro ha consumido más de 2.100 hectáreas.
El incendio forestal que desde el lunes afecta a las comunas de El Carmen y Pemuco, en la Región de Ñuble, se mantiene con 2.100 hectáreas quemadas, pero sin avance ni riesgo de amenaza directa a viviendas como durante las primeras jornadas.
Es así como las autoridades se encuentran avanzando en un catastro de afectación entre agricultores de la zona.
El siniestro arrasó con cuatro viviendas, pero también con otras 18 estructuras entre las cuales se encuentran bodegas e invernaderos, junto a maquinarias y producciones agrícolas que se perdieron con el paso del fuego.
El gobernador Óscar Crisóstomo señaló que "hay una afectación agrícola y ganadera, está trabajando en el terreno carabineros y personal del Ejército en colaboración con los equipos municipales para hacer un acucioso chequeo en toda la zona y hacer los levantamientos correspondientes para que las instituciones públicas empiecen a llegar con la ayuda".
En sintonía con ello, profesionales de Indap recorren predios en Los Puquios, Santa Margarita, Navidad y San Isidro, que son las zonas más afectadas.
"Nuestros equipos están catastrando a los productores para cuantificar los daños a fin de apoyar el restablecimiento de sus sistemas productivos, constatando que el mayor daño está en la pérdida de cercos y la quema de rastrojos", indicó la directora de Indap Ñuble, Tatiana Merino.
La profesional reconoció que aún falta por terminar un catastro más profundo, debido a la dificultad para acceder aún a algunos sectores, debido a focos activos y puentes quemados.
Elisa Zúñiga, quien se dedica a la pequeña agricultura campesina y al turismo rural en el sector Maipón Bajo, señaló que el siniestro pasó por su predio, pero afortunadamente no afectó a sus cabañas. "El fuego llegó por los costados, nos quedamos cuidando y muchos vecinos vinieron a ayudarnos".
En tanto, Víctor Toledo, de la Asociación Marrón Andino, indicó que "en la zona se cultiva mucho el trigo y la avena, pero afortunadamente la temporada de trillas ya había pasado, sino las pérdidas serían aún mayores. Sin embargo, el riesgo siempre persiste ya que ahora vienen las producciones estacionarias como las castañas que se cosechan en mayo".
