César Figueroa Betancourt, concejal independiente de la comuna de San Ignacio (Provincia de Diguillín, Región de Ñuble), realizó un viaje en bicicleta de 450 kilómetros para llevar una carta al Presidente Sebastián Piñera y pedirle que el Gobierno desista del proyecto "Embalse Zapallar".
La carta entregada este lunes en La Moneda -lastimosamente para el edil, Piñera no está hoy en la sede de Gobierno- fue firmada por dirigentes de las comunas de San Ignacio, El Carmen y Pinto, que expresan su rechazo al referido proyecto de embalse (ver archivo adjunto).
Éste considera una capacidad de 80 millones de metros cúbicos de agua en condiciones normales, para el riego de 10 mil hectáreas, y contempla una inversión de 349 millones de dólares.
La misiva fue recepcionada este mediodía en la Oficina de Partes de La Moneda.
"Proyecto nefasto"
El embalse estaría ubicado geográficamente sobre la angostura del valle del Río Diguillín, denominada Zapallar: 12 kilómetros debajo de la confluencia con el Río Renegado, ambos pertenecientes a la cuenca del Río Itata, en una zona que además pertenece al Corredor Biológico Nevados de Chillán-Laguna del Laja.
"Este embalse inundaría más de 500 hectáreas de árboles nativos y sacaría a muchas familias del sector. Pedimos al Gobierno que deponga este proyecto, ya que es nefasto para el medioambiente y la ciudadanía", dijo el concejal Figueroa, que es profesor de Educación Física.
El edil señaló que "tampoco existen garantías respecto a que el agua que se pretende embalsar llegue a los pequeños campesinos de las tres comunas que se verán afectadas".
"Hay intereses fuertes detrás, pero nosotros mantenemos el sueño y la esperanza de muchos habitantes de la zona para que este proyecto no se concrete", indicó Figueroa, que completó su viaje en bicicleta a La Moneda en cuatro días: partió el jueves pasado en el puente Zapallar, bajo el eslogan "Diguillín sin Represas", anoche llegó a Santiago y esta mañana arribó al centro cívico.
El trayecto no tuvo mayores inconvenientes, salvo por las altas temperaturas, que lo obligaron una hidratación permanente. En la capital compartió con un grupo de ciclistas y ambientalistas que se oponen a los proyectos de embalses.
Figueroa fue apoyado en su travesía por otros cultores de las dos ruedas.