Durante el primer trimestre ya van seis casos y dos con resultado de muerte.
Se ha reforzado la vigilancia y los protocolos en toda la red asistencial de la región.
Los últimos dos casos de muertes por esta enfermedad se habían producido en 2015.
Preocupación ha causado la seguidilla de contagios por virus hanta en la región de Ñuble, que alcanzan ya seis casos y dos con resultado de muerte durante el primer trimestre del 2019.
Este índice no es menor considerando que no se contaban con cifras parecidas desde el verano de 2015, donde se generaron las últimas muertes provocadas por la enfermedad.
Es por ello que las autoridades regionales de Salud han reiterado su llamado a tomar medidas de resguardo para no exponerse a factores de riesgo, por tratarse de una enfermedad con síntomas similares a otras patologías.
La seremi de Salud, Marta Bravo, señaló que "el hanta es una enfermedad que puede ser mortal y por ello desde hace varios años estamos trabajando en una mesa intersectorial que reúne el esfuerzo de la autoridad sanitaria e instituciones del mundo público-privado, donde a través de todo el año se realizan acciones de educación preventiva y en forma independiente a la cantidad de casos que se presenten".
Respecto al aumento de casos mortales en relación a los últimos años, la autoridad indicó que "son múltiples los factores que lo pueden explicar, desde las condiciones inmunológicas de las personas o la carga viral de los roedores que lo transmiten al ser humano, por eso, es importante insistir en las tareas de prevención".
Diagnóstico oportuno
Desde el Servicio de Salud Ñuble informaron que se ha reforzado la vigilancia en toda la red asistencial, partiendo por la atención primaria, instando a los equipos de salud a estar alerta ante síntomas asociados a conductas de riesgo y factores a los que deben prestar atención para detectar esta patología.
Patricia Saavedra, subdirectora de Gestión Asistencial del Servicio de Salud, señaló que "la experiencia indica que no basta con que un paciente presente fiebre, dolor muscular o de cabeza, muy similar a lo que ocurre durante un resfrío común".
"Para sospechar de la infección por este virus es también muy importante conocer las características del entorno en que la persona desarrolla su vida cotidiana, como su vivienda, trabajo, o las actividades realizadas en las últimas siete semanas", añadió.
Saavedra precisó que "se consideran como antecedentes de riesgo: excursiones o trabajo en áreas rurales, donde existan roedores silvestres, especialmente en áreas sin ventilación ni luz solar; actividades como desmalezamiento, limpiar casas deshabitadas o bodegas, por ello, el llamado es a realizar este tipo de actividades tomando todas las medidas de prevención".
En tanto, Jacqueline Brevis, referente de Epidemiología del Servicio de Salud Ñuble, señaló que "los centros de salud familiar (Cesfam) y también las unidades de emergencia, son generalmente la puerta de ingreso de los pacientes, por ello se han adecuado los protocolos para consignar en su ficha de atención esta sospecha diagnóstica al ser derivado al hospital de referencia".
