La comunidad de Quinchamalí despidió a Riola Castro, su alfarera más longeva, quien falleció el lunes a los 89 años, tras dedicar al menos tres cuartas partes de su vida a trabajar la greda, arte aprendido de su madre y que se dedicó a traspasar a las nuevas generaciones.
Su legado fue tan significativo que llegó a ser reconocida como "Tesoro Humano Vivo de Chile" por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
Desde 1956 su obra es parte de la colección del Museo de Arte Popular Americano Tomás Lago, de la Universidad de Chile.
"Riola estuvo dedicada a la transmisión y salvaguardia de una tradición ancestral, que ha representado a Chile en el mundo", destacó la ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Consuelo Valdés.
"En su memoria seguiremos trabajando para que la alfarería de Quinchamalí y Santa Cruz de Cuca sea ingresada a la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco", agregó Valdés, que ya el día de su fallecimiento le dedicó palabras a través de Twitter.
Sonia Montecino, antropóloga y Premio Nacional de Ciencias Sociales, indicó que Riola Castro "fue una de las últimas alfareras de la generación que mantuvo desde el siglo pasado viva la transmisión de la loza negra, expresión del mestizaje cultural de la zona central".
"Las nuevas generaciones de mujeres alfareras así como su hija se han nutrido de esa herencia y de sus acervos", destacó la académica.
Su último adiós tuvo lugar en el Cementerio de Quinchamalí, siendo acompañada por vecinos y autoridades, entre las cuales se encontraba el alcalde de Chillán, Sergio Zarzar.
"Riola deja un legado fantástico de su calidad humana y de su calidad y creatividad artística, y nos insta a seguir trabajando por el reconocimiento de la alfarería de Quinchamalí", reflexionó el jefe comunal.