En el marco de la investigación del caso de la trabajadora que murió por un ataque de un tigre en el Parque Safari de Rancagua en 2021, el Ministerio Público solicitó 540 días de reclusión menor en su grado mínimo para los tres imputados del caso: el dueño del recinto, Iván Sánchez, su hijo Pablo Sánchez, en calidad de gerente de operaciones, y la veterinaria Valeria Olmo.
Los tres imputados fueron formalizados -en septiembre de 2023- por cuasidelito de homicidio por la presunta negligencia en la trágica muerte de Catalina Torres (21), quien trabajaba como guía turística en el mencionado establecimiento, pero le ordenaron realizar labores de limpieza en esa fatídica jornada de agosto de 2021.
El abogado querellante Jaime Gatica presentó una acusación particular a fin de ampliar la responsabilidad del dueño del Parque Safari, ya que la denuncia de Fiscalía "solamente le imputaba una negligencia en la actuación como tirador del arma letal, o sea, la última medida de emergencia para controlar a una fiera, como este tigre que atacó a esta joven, era disponer de una escopeta o rifle para matar al tigre, y eso no llegó", explicó.
"Nosotros agregamos que, aparte de eso, el señor Sánchez Lobos era el dueño, era el representante, él era el responsable de las medidas de prevención y de seguridad", agregó el letrado, quien pidió la misma pena para los demás acusados.
Gatica también se mostró conforme con el Tribunal y la Corte luego de que éstos confirmaran las medidas precautorias respecto a los bienes del dueño del recinto -que ascienden a 1.000 millones de pesos-, debido a que presentaron una demanda indemnizatoria.
La jueza de garantía Paz Reyes ordenó que los acusados deberán comparecer de manera presencial a la audiencia de preparación de juicio oral, reagendada para el próximo 8 de agosto.
MADRE DE LA JOVEN ESPERA JUSTICIA Y QUE SE MARQUE UN PRECEDENTE
Sara Ibarra, madre de Catalina, expresó que "es difícil todo esto, la forma en que murió, la forma trágica, sin haber tenido los elementos necesarios para haber podido contener al animal. Lo mínimo que deberían haber tenido era un tranquilizante, un rifle, pero no había nada para mi hija. Entonces, duele porque es algo que se podría haber evitado si hubieran habido protocolos, si hubiera habido una inducción. La mandaron a ella a hacer una labor que no le correspondía".
La mujer espera que haya justicia para con su hija y que este caso "marque un precedente, que cambien, que hagan los procedimientos, que hagan cursos a la gente, que los entrenen, no que manden a jóvenes, a gente inexperta".
