El alcalde de Colchane, Javier García, denunció un colapso en el Servicio de Atención Primaria de Urgencia (SAPU) de la localidad altiplánica, debido a que el refugio para 200 personas inaugurado en octubre por el Gobierno para recibir hasta por siete días a los migrantes superó el lunes y martes su capacidad.
El jefe comunal dijo que han evidenciado un aumento de la atención médica a indocumentados que siguen ingresando al país por pasos no habilitados desde que se levantó el campamento humanitario.
"Hemos visto cómo cientos de migrantes ingresan al refugio que instaló el Gobierno en el complejo fronterizo de Colchane. Sin embargo, en la mayoría de los casos ellos reclaman no recibir alimentos ni abrigo y vienen a solicitar implementos, alimento y agua, muchas veces de mala forma, poniendo en una situación completa a nuestros funcionarios, que ya están cansados", expuso la autoridad.
En contraparte, el delegado presidencial en la Provincia del Tamarugal, Natan Olivos, argumentó que "lo que ocurrió fue que tuvimos a máxima capacidad el dispositivo, básicamente por una situación que parte de la misma municipalidad, y es que no el fin de semana no contamos con médicos que pudieran realizar la constatación de lesiones", un trámite administrativo clave para su traslado a residencias sanitarias, explicó.
"Con dos días que no tuvimos esa revisión, obviamente se generó una mayor cantidad de personas que no había podido bajar, pero en ningún caso eso tiene relación con que haya un aumento explosivo en estos días o que hayamos tenido un aumento mayor de los números que hemos tenido en el último mes", garantizó el representante del Ejecutivo.
El fenómeno migratorio sigue en la palestra en el norte, sobre todo por el número de ingresos irregulares, que no ha logrado disminuir: 2.400 fueron las entradas registradas por el Gobierno en septiembre; 2.300 en octubre y 1.900 en noviembre.
