Un drástico giro fue el que tuvo que dar la dueña del salón de belleza "Karlita" en Iquique debido a la crisis sanitaria que afecta al país, y en especial a esa comuna, la cual entra en cuarentena a partir de este viernes a las 22:00 horas.
Tinturas, uñas y pedicure tuvieron que ser dejadas de lado para dar paso al nuevo negocio; una verdulería, que -según Karla- nació apenas comenzó la pandemia, debido al alza en los precios de los productos.
"Todo partió con la pandemia cuando le fui a hacer las compras a mi mamá. Cuando fui a comprar costaba 600 pesos el kilo de papa, y cuando fui al otro día a comprar para mí, costaba mil 200, entonces era mucha la diferencia. Ese mismo día pregunté por el precio de un saco de papas, compré un camión y vendí los sacos al costo. Lo hice más que nada para que la gente no pagara excesos", aseguró.
Después de eso, un proveedor le ofreció zapallos, otro choclos, y así armó lo que hoy mantiene con trabajo a ocho personas, que son nada más ni nada menos, que sus peluqueras, masajitas y pedicuristas.
De masajista a reponedor y vendedor de verduras
Cristian Rodríguez, es de nacionalidad colombiana y hace tres años trabaja como masajista en el salón de belleza de Karla. La necesidad de hacerle frente a la pandemia, lo tienen hoy aprendiendo de este nuevo rubro.
"Estoy feliz trabajando acá porque uno tiene que salir de la zona de confort. Trabajamos pero a la vez ayudamos a muchas personas que de pronto no pueden arriesgarse, además porque este es un barrio con mucho adulto mayor", manifestó.
El masajita Cristian Rodríguez tuvo que hacerle frente a la pandemia dedicándose al nuevo negocio (Daniela Esquivel, Cooperativa)
Con la crisis sanitaria, las atenciones en el salón de belleza decayeron, sin embargo, Karla sigue atendiendo sus dos negocios, ubicados uno al lado del otro en calle Thompson con Obispo Labbé.
Ambos negocios quedan uno al lado del otro en el sector centro de la ciudad (Foto: Daniela Esquivel, Cooperativa)
Vecinos
Pamela Andrade es vecina del sector y se volvió clienta del lugar. Dice que optó por preferir este nuevo emprendimiento, sobre todo, por los precios.
"Es conveniente. Quizás puede que esté al mismo precio de la feria, pero uno se ahorra ir para allá (la feria), las aglomeraciones, y el miedo a contagiarse", sostuvo.